La indignación y la impotencia hallan su vía de escape en el dardo de envenenada denuncia que el vecindario remite al ayuntamiento. Cuando en las calles de Felanitx hace fortuna la expresión “no se notará”, en referencia al consistorio hecho añicos, significa que el municipio no se siente huérfano de gobierno, sino que se reconoce abandonado en el daño más profundo del desierto de la falta de gestión y no digamos de resolución.
