El equipo de arqueólogos y antropólogas de ATICS ya trabaja en la finca de Salma, en el Coll d’Artà en busca de tres víctimas de la represión franquista asesinadas en 1936. Con toda la prudencia, los expertos esperan tener resultados positivos a lo largo de esta semana aunque reconocen que se trata de una intervención complicada. “Es una intervención compleja porque se deben buscar estos restos en distintos lugares”, explica el secretario autonómico de Memoria Democrática, Jesús Jurado, que detalla que los expertos parten de informaciones de distintos testimonios orales que indican que estas tres víctimas pudieron haber sido abandonadas en una de las curvas de la antigua carretera.

Tras los trabajos previos de desbrozo llevados a cabo por la brigada del ayuntamiento de Artà y la preparación del terreno extrayendo un gran bloque de piedra que había en el interior de la cavidad, el equipo de ATICS centra su actuación en este punto donde se sospecha que podrían estar los restos de Bartomeu Ginard Genovard, asesinado el 10 de septiembre de 1936. Se trata de una zona de difícil acceso en una propiedad privada.

Los tres arqueólogos y las dos antropólogas que trabajan en las excavaciones de Artà actuarán más allá de dicha cavidad y analizarán sus alrededores con el fin de estudiar los hornos de cal e intentar localizar los restos de otras dos víctimas, que hubieran podido quedar dispersas en esta zona a causa de los movimientos de tierra. La intervención en Artà se prolongará hasta este viernes.

En la finca de Salma

La posible fosa del Coll d’Artà está en la finca de Salma, de titularidad privada. Corresponde a una cavidad ubicada a uno de los lados de la bajada del Coll en dirección de Artà a Sant Llorenç, justo en la divisoria entre ambos municipios.

La fosa de Salma fue referenciada por el investigador Jaume Morey en 2011 en el documento Les fosses de la repressió a Mallorca gracias a las informaciones orales que hablan de la presencia de restos humanos a pie de carretera, un lugar que ha sufrido varias modificaciones a raíz de las reformas y ampliaciones de la carretera Ma-15. Los testimonios recogidos por Morey coinciden en la presencia de los restos de tres personas muertas, no identifiadas y mal enterradas cerca del punto alto del Coll d’Artà, en la actual Ma-15. En este punto, de paso obligado, está documentada la presencia de un lugar de guardia y control a cargo de un pelotón de fascistas de Artà.

A estas investigaciones se suman las del historiador Jaume Alzina que en un informe de 2018 establece la posibilidad de que un hombre asesinado en 1936 esté en una cavidad del Coll d’Artà. Según sus indicios podría tratarse de Bartomeu Ginard Genovard, nacido en 1914 y asesinado en septiembre de 1936. El socialista posiblemente formaba parte del grupo que la noche del 25 al 26 de julio hicieron caso al aviso del alcalde de Felanitx, Rafel Oliver que les advirtió de que en la mañana del día 26 serían detenidos. En la huida colectiva hacia las montañas d’es Verger y Albarca se habría hecho daño en un pie y su hermano la habría acompañado a su domicilio familiar. Según la causa judicial 458/36, Bartomeu Ginard habría sido enterrado en Manacor pero la familia no da crédito a la certificación médica ya que cuentan con otras informaciones que aseguran que lo mataron en el Coll d’Artà.

“Es una oportunidad histórica para que una familia de Artà pueda cerrar una herida”, apunta el alcalde

Para corroborar las informaciones recopiladas por parte de los investigadores, los expertos de ATICS actuarán en primer lugar en una cavidad que podría estar relacionada con la actividad de fabricación de cal o de extracción de grava. Así, se vaciará su interior para comprobar la posibilidad de existencia de restos humanos. 

Asimismo se hará una amplia prospección en el Coll d’Artà con la finalidad de estudiar la existencia de hornos de cal y valorar si por la zona han quedado dispersados restos humanos debido a los movimientos de tierras causados debido a la ampliación de la carretera.

La consellera de Administraciones Públicas, Isabel Castro, ha visitado el inicio de la intervención en el Coll d’Artà, unas tareas que forman parte del segundo Plan de Fosas impulsado por el Govern. “Entre todos tenemos que luchar para devolver la justicia, la verdad y la dignidad de estas víctimas”, defiende Castro.

Una oportunidad histórica

Por su parte, el alcalde de Artà, Manolo Galán, reconoce que estamos ante “una oportunidad histórica para que una familia de Artà pueda cerrar una herida que ha estado abierta demasiado tiempo”. “Gracias a las investigaciones desinteresadas de dos artanencs, Jaume Morey y Jaume Alzina, a los testimonios orales que pudieron recoger, y a la voluntad política del Govern, será posible saldar esta deuda con nuestro pasado. Es una actuación muy emotiva que estamos orgullosos de poder vivir”, confiesa el primer edil.