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Sa Talaia, de casa a escenario

Construida sobre una ‘pedrera’, los desniveles naturales hacen que todo sea susceptible de convertirse en un espacio escénico

casa de la calle Ses Pedreres de Santanyí en un escenario polivalente. 1 Aina Compte ensaya una de sus creaciones en la casa de sa Talaia.

La cultura se adueña de sa Talaia, una casa santanyinera convertida en escenario. La entrada luce dos creaciones de los artistas Rafael Puig y Valery Katsuba mientras que el salón anoche se transformó en una sala de conferencias con la ponencia del escritor Juan Pablo Cuevas, un salón que también se ha transformado en galería con motivo de la muestra Medea i les Constel·lacions. Con un horno de leña como escenografía, Aina Compte, de residencia artística en sa Talaia, crea, ensaya y representa. “Siempre me ha gustado sacar el teatro del teatro y transformar espacios en escenarios”, confiesa. Igual de inspiradora resulta la cisterna, la portassa o la escalinata de pedra de Santanyí, que tanto puede servir como patio de butacas o como una natural escenografía. Y es que esta casa está construida sobre una pedrera, por ello, tiene desniveles naturales que hacen que “todo sea susceptible de convertirse en escenario”.

Ya al aire libre, sa porxada es un escenario perfecto para una velada musical en pequeño comité. El corral atesora distintos rincones perfectos para disfrutar de una noche cultural ya sea regada de música, monólogos, microteatro, performances o improvisaciones. Anoche la Zia La Moraita Teatro subió a este escenario natural Toma tu puta caña. Incluso la rampa para facilitar la entrada del vehículo en el jardín se convierte en un decorado ideal como ocurrió la semana pasada en la Nit de Micros i Tapes del Festival s’Illo.

El dramaturgo Jeroni Obrador de la compañía Tshock Cultura Emocional es el alma de sa Talaia, un espacio ubicado en la calle Ses Pedreres que hace dos años abrió sus puertas como centro de creación de los artistas que desempeñan una residencia artística. “Es una residencia de lo más completa porque además de crear en sa Talaia, están hospedados en Can Timoner y tienen la posibilidad de hacer una residencia técnica en el Teatre de Santanyí porque en febrero gané el concurso de servicios del teatro, lo que me permite programar a taquilla dos actos mensuales. Los residentes también cuentan con el asesoramiento de Tshock”, desgrana Obrador. 

En estos dos años suma una docena de residencias. Tres ya cuentan con un convenio con el Teatre Principal de Palma (Aina Compte, Rafa Gallego e IB Danza) y tiene otro proyecto de residencia con el Casal Solleric con los cineastas Pere Antoni Sastre y Pau Aulí. 

Pero sa Talaia es mucho más que un espacio de residencias artísticas. La cultura, de nuevo, mermada por los efectos de la covid-19, es más necesaria que nunca. “Me doy cuenta de lo importante que es la cultura para la sociedad. El teatro es un punto de encuentro social que cumple la normativa a nivel ejemplar. Ahora que el ocio se ha paralizado, uno se da cuenta de lo importante que es para la sociedad poder disfrutar de la cultura para desconectar de la situación extrema que vivimos”, reconoce Obrador. Tshock ha ampliado sus horizontes a la gestión de espacios de creación. Así, ha convertido “una casa de toda la vida de poble, hecha con pedra de Santanyí, en un espacio polivalente que hace streamings internacionales”. “Surgió por pura necesidad pero ha sido un acierto”, admite Obrador.

Una salida 

Por ello, sa Talaia se convierte en “una salida total” para el sector. Y es que uno puede acudir a esta casa ahora convertida en espacio escénico como grupo musical, teatral o de danza y alquilarlo para ofrecer sus creaciones a un público de 15-20 personas en el interior. En el exterior, el aforo es de 68 personas pero no suelen superar los 50 espectadores. También se alquila el espacio a particulares que quieran cenar, eso sí, no pueden ser más de diez por normativa o para reuniones. 

“Es un espacio polivalente en el que se pueden realizar todas las disciplinas artísticas pero también es un lugar de creación. También ofrecemos la posibilidad de hacer streaming, por ejemplo, conferencias”, desgrana. “Es algo que tiene futuro porque puedes hacer conexiones online con todo el mundo”, vaticina. “Puedes hacer un concierto presencial de 20 personas, emitirlo online y que los espectadores abonen un precio más reducido. También prestamos el servicio de entradas online”, ejemplifica. El precio asciende a 100 euros por cuatro horas mientras que el servicio de streaming sube a 150 euros más. “Es una posibilidad real que se está dando”, admite Obrador, que enfatiza que también “es una escapatoria” para el público, un público que va en aumento porque descubre que las artes escénicas ofrecen un entorno social y seguro. Por ello, resume, sa Talaia al final es un espacio donde se puede disfrutar de la cultura en seguridad.

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