La sesión plenaria del mes de septiembre se convirtió una vez más en un cúmulo de acusaciones entre el equipo de gobierno del PSOE y el grupo Més per Campanet. En esta ocasión se debatió acerca del suministro de agua potable, punto en el que cada partido defendió su gestión vertiendo acusaciones diversas e intentando demostrar cada uno de ellos la mala gestión del otro durante su mandato.
Més, que siempre se ha considerado un buen gestor en este campo, se ofreció a prestar su ayuda acusando al equipo de gobierno de no saberlo solventar. Por su parte, el PSOE achacó a Més las grandes pérdidas de agua, que durante su mandato ascendían al 72% del caudal que corre por las tuberías, mientras que ahora en pocos meses se ha reducido al 57%.
El debate se debió a los diversos cortes de agua que durante este verano se han producido en algunas zonas rústicas de la población.
El representante de El Pi, Pere Pons, quiso matizar las diversas intervenciones apuntando que cada uno asuma su responsabilidad en cuanto a los años que ha estado al frente del Consistorio y recordó que la red de agua potable cuenta con una cierta antigüedad.
Durante estos últimos años se han realizado diversos cambios de tuberías, así como la colocación de diversos elementos para reducir la presión con la finalidad de evitar roturas, pero la antigüedad de la red sigue creando problemas.
Por otra parte, Més y El Pi presentaron una moción instando a no ceder al Gobierno central los ahorros que el Consistorio tiene en sus arcas. Ambos partidos proponen que, en todo caso, se cedan a la comunidad autónoma. Asimismo, se aprobó con los votos de dichos partidos abandonar la federación de municipios. El PSOE optó por la abstención.
