Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Lletra menuda

Corrección de excesos propagandísticos

Franco ocupa un lugar en la historia por mérito propio y sufrimiento de generaciones de españoles. Al tiempo, ese que dicen lo recoloca todo en su lugar con su devenir, le está costando más de lo habitual y deseable disimular las cicatrices de la larga dictadura franquista.

La propaganda del régimen lo tenía todo canalizado para alimentar la omnipresencia del caudillo de sí mismo, incapaz de entender el respeto y la pluralidad. Podemos aceptar que, en su momento, al ayuntamiento de Mancor de la Vall no le quedara más remedio que el de copiar un acuerdo, nada menos que de Teruel, y elevar a Francisco Franco a la categoría de hijo adoptivo. La vecindad y la familia dictatorial son como la biológica, no se pueden elegir, aunque tal semejanza comporte una ofensa a la madre naturaleza.

Desvincular a Franco de los honores y distinciones de Mancor es un alivio para los mancorins de toda condición. Hay herencias introducidas con calzador a las que no queda más remedio que renunciar en beneficio de la salud colectiva.

Al igual que otros municipios, Mancor sigue su proceso para ponerse a tono con la dignidad y la Ley de Memoria Histórica. No hacerlo significaría la posibilidad de consolidar como normales desastres de imposible justificación.

Compartir el artículo

stats