El Govern ha anunciado este sábado el inicio inminente de las tareas de exhumación de la fosa común del cementerio de Son Coletes (Manacor), una de las más grandes de la isla, para buscar los restos de las numerosas víctimas de la represión franquista que se calcula que están enterradas en el camposanto de Manacor, municipio en el que se produjo el desembarco republicano en agosto de 1936. Será el próximo martes cuando la empresa ATICS inicie la intervención en Son Coletes, que se prolongará hasta el 9 de agosto.

La consellera de Administraciones Públicas y Modernización, Isabel Castro, y el secretario autonómico de Memoria Democrática y Buen Gobierno, Jesús Jurado, han anunciado el inicio de las tareas en un acto informativo celebrado hoy a mediodía en Calas de Mallorca al que han acudido familiares de las víctimas y vecinos de Manacor. También estuvieron presentes el alcalde Miquel Oliver, el director general de Memoria Democrática, Marc Herrera, el historiador Antoni Tugores y representantes de la asociación Memòria de Mallorca y del Comité de Son Coletes.

La consellera Castro ha apuntado que las estimaciones para esta fosa "son muy inciertas" y que "es arriesgado aventurar un resultado", aunque ha destacado que el "hecho importante", independientemente de los restos que se encuentren, es la "justicia restaurada". Por su parte, Jurado ha señalado que se trata de una intervención "muy esperada" debido a que Son Coletes constituye "uno de los lugares de mayor represión franquista en Mallorca", con numerosas ejecuciones y entierros producidos "con la mayor impunidad y brutalidad". "Debemos ser prudentes, pero agotaremos todas las posibilidades de encontrar los restos de estas fosas", ha añadido.

El proyecto de intervención presentado por ATICS incluye el estudio de una fotografía aérea realizada por la aviación norteamericana entre 1942 y 1945, un material que, según el Govern, "ha permitido deterinar que, pocos años después de los numerosos asesinatos de 1936, el antiguo cementerio de Son Coletes presentaba una planta totalmente cuadrada, con un total de 3.600 metros cuadrados". En el centro de este espacio había una cruz de hierro. "Los entierros de las víctimas se habrían realizado en zanjas, partiendo desde el centro de la cruz, en línea recta y de una forma radial", según creen los investigadores.

El equipo de ATICS ha marcado cinco zonas diferentes donde empezar las excavaciones con el objetivo de establecer los límites de los enterramientos de las víctimas del fascismo. Las zonas donde se llevará a cabo la prospección coinciden con alteraciones del terreno a partir del estudio exhaustivo de la citada fotografía aérea.

Por ahora, los investigadores desconocen todavía de forma exacta el número de víctimas que fueron enterradas en Son Coletes. El actual camposanto de Manacor fue habilitado en el año 1820 como cementerio para las víctimas de la peste bubónica. Durante los años de la guerra civil, Son Coletes fue utilizado como una gran fosa para las ejecuciones indiscriminadas de disidentes y prisioneros. En tiempos de la guerra, el cementerio oficial de Manacor ocupaba los terrenos donde actualmente está el parque municipal, donde también se practicaron numerosas ejecuciones. A partir del 24 de agosto de 1936, los asesinatos se trasladaron al antiguo cementerio de Son Coletes para alejarlos del casco urbano de Manacor.

El equipo técnico que llevará a cabo la exhumación está formado por arqueólogos técnicos, antropólogos y forenses, así como un equipo de topografía de la empresa ATICS, adjudicataria del Plan de Fosas 2019-2020 del Govern, bajo la coordinación del arqueólogo Cesc Busquets. La intervención en Manacor es una de las más esperadas.

Escenario de grandes ejecuciones

El historiador Antoni Tugores, autor de diferentes libros sobre la represión fascista en Manacor, explicó que entre finales de agosto y septiembre de 1936, fechas que coinciden con el desembarco republicano de Bayo en el Llevant, Son Coletes fue escenario de grandes ejecuciones, y no solo de víctimas manacorines o mallorquinas, sino que se cree que el número más importante de represaliados "se deba a las capturas de prisioneros de las tropas de Bayo".

Entre las víctimas enterradas en Son Coletes podrían estar las cinco enfermeras de la Cruz Roja que fueron vejadas y asesinadas en septiembre de 1936.