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Historia del transporte

Cuando Calvià se movía en diligencia

El trayecto duraba una media de tres horas y los pasajeros que se apeaban en las cuestas para hacerlas a pie pagaban menos por el billete

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Cuando Calvià se movía en diligencia

Si se nos habla de diligencias, la mente se nos va a otro tiempo y a otro espacio. Uno se imagina una tartana en un escenario polvoriento en el Oeste americano, traqueteando por una tierra de nadie y con los indios al acecho. La escena la completan un conductor fustigando a los caballos y masticando tabaco, y un pasaje formado por un señor con sombrero de copa y bigote y una señora con vestido largo, enaguas y guantes.

Sin embargo, no hace falta llevar tan lejos la imaginación, porque las diligencias fueron un medio de transporte habitual de viajeros en Mallorca desde las primeras décadas del siglo diecinueve hasta principios del veinte.

"Son carruajes de transporte, miserables y sucios, de cuatro ruedas, enganchados a dos, tres y a veces cinco caballos, que facilitan el tráfico de pasajeros y, al mismo tiempo, también del correo entre las principales poblaciones y Palma", dejó escrito el Archiduque Lluís Salvador.

Así lo recuerda Bàrbara Montoya en el libro Del carro als primers cotxes: els antics mitjans de transport de Calvià, que forma parte de la colección Memòria de Calvià, impulsada por el Ayuntamiento. Esta vecina de es Capdellà graduada en Lengua y Literaturas Españolas ha analizado los cambios que experimentaron los transportes terrestres -de carácter público, privado y de mercancías- en el municipio calvianer desde mediados del siglo diecinueve hasta los años 60, cuando empezó el b00m turístico.

"Hice mucho uso del archivo histórico de Calvià. Había sobre todo patentes de circulación, es decir, permisos de circulación. Allí había listas de toda la gente del pueblo que tenía vehículos. La documentación más antigua era la más difícil de encontrar. En 1800 había carros, pero no pagaban impuestos y no hay constancia escrita. De lo que sí hay constancia de los impuestos de carruajes de lujo, más grandes, podían tener cuatro ruedas (los otros dos), ornamentados... De estos hay lista de gente que tenía, sólo cinco o seis", expone la investigadora.

Montoya recuerda cómo las diligencias que llegaban hasta Calvià vila y es Capdellà tenían capacidad para unas 10 personas, aunque normalmente transportaban más pasajeros. "La gente que contaba que se levantaba de madrugada para llegar a las ocho de la mañana a Palma. El trayecto duraba una media de tres horas", indica. Los tipos de tarifa eran muy curiosos. Si uno iba todo el trayecto sentado pagaba más. Pero aquel que, cuando el camino se empinaba, se bajaba del carruaje y se hacía la cuesta a pie, pagaba una cantidad menor.

La primera matrícula

Montoya explica que en 1922 aparece el primer coche matriculado en Calvià. Correspondía a un vehículo propiedad de la empresa que controló el transporte de Calvià durante muchas décadas: la empresa Alemany. Aquello fue todo un acontecimiento para el municipio.

"Impactó la llegada del coche. Entrevisté a un señor del pueblo que fue conductor en los setenta y su padre también. Le habían contado que cuando se usó el primer coche la gente no se lo podía creer. Calvià vivía del campo, estaban acostumbrados solo a los carros. El primer coche fue un Citröen, casi todos los que aparecen al principio lo eran", relata. En aquellos años, el coche era un artículo de lujo, prácticamente inalcanzable.

"Había muy pocos vehículos", aseguran los testimonios recogidos por Montoya, que refiere que la gente se movía sobre todo a pie, en bicicleta o cogía el autobús que era conocido como el Correu, que iba hasta Palma. La movilidad hubiese sido diferente si hubiese fructificado un proyecto de ferrocarril que iba a llegar hasta el Port d'Andratx. "Pero quedó en nada. Se dejó en stand by, y no se sabe por qué. Sí que hubo un tranvía que conectaba Palma, El Terreno y Cas Catalá, y allí paraba. Mucha gente [de Calvià] iba caminando hasta Cas Català y de ahí cogía el tranvía para irse a Palma", detalla la joven investigadora. Un importante cambio para la movilidad del municipio de Ponent se produjo a partir de la década de los cincuenta del siglo veinte.

Llegó en aquel entonces el boom de las motocicletas como medio de transporte.

Un cambio "brutal"

Como los coches no eran asequibles para el bolsillo medio de los vecinos -en la década de los 50 apenas había una veintena matriculados-, las motos se erigieron en la estrella de la movilidad personal.

"La evolución es increíble: Calvià pasa de contar con 13 motos hasta 1954, a 131 motos en 1958. Es brutal el cambio", enfatiza la autora de Del carro als primers cotxes: els antics mitjans de transport a Calvià.

El uso de bicicletas centra otro de los apartados de la obra de investigación.

En este sentido, la autora refiere que fue en el siglo veinte cuando se popularizó como medio de transporte.

"Pero no tenemos que pensar que la bicicleta estaba al alcance de todo el mundo. Tener una en tiempos de la República o de la Guerra Civil era sinónimo de dinero", explica Bàrbara Montoya.

Testimonios

Margalida Alemany

Hija de los propietarios de 's'Auto'

Margalida Alemany recuerda una divertida anécdota de cuando tenía 14 años. Junto con su hermano y unos amigos cogieron uno de los autocares de la empresa familiar y se dirigieron a Santa Ponça para darse una vuelta. Sus hermanas y ella siempre tuvieron la ilusión de comprarse una Vespa, pero el padre eligió una Lambretta, porque conocía a la persona que distribuía esta marca en la isla.

Nofre Ensenyat

Fue uno de los primeros conductores de 's'Auto'

Nofre Ensenyat era chófer para el conocido como s'Auto, el autocar que se dedicaba al transporte. Al principio lo hacía sin carnet de conducir. Cuando finalmente se examinó, el profesor se mostró tremendamente extrañado porque había coincidido con él en muchas excursiones en las que Ensenyat era el chófer del autobús. Él aprendió a conducir con un camión de gasógeno.

Magdalena Barceló

Circulaba con una Ducati junto a su marido y su hija pequeña

En el libro se recoge el testimonio de Magdalena Barceló, que cuenta cómo ella y su marido se movían por el municipio con una Ducati, en la que llevaban también a su hija pequeña. De la Ducati pasaron después a comprarse un 600. Rememora que las mujeres solían ir en bicicleta y que muchas de ellas lo hacían para desplazarse a tareas de recolección de olivas y de algarrobas.

Toni Rosselló 'Tirra'

Conductor del camión de 'es Correu'

Empezó en la empresa de transportes de la familia Alemany, aunque después desarrolló la mayor parte de su vida laboral en la Empresa Municipal de Transports (EMT) de Palma. Recuerda que cuidaba con tanto mimo el autocar que conducía en Calvià que hasta los propietarios de la compañía se admiraban. También expresa su agradecimiento a las personas que le ayudaron.

Antoni Pellicer

De la bicicleta a la Vespa y el 'seiscientos'

El exconcejal de Calvià recuerda los viajes que se hacían a Palma en el autobús conocido como el 'Correu'. En estos trayectos, la madre de Margalida Alemany daba instrucciones a los pasajeros para que fuesen haciendo sitio a los que iban entrando para que así cupiera todo el mundo en el vehículo. Primero tuvo una bicicleta y después una Vespa y un 600.

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