La propiedad que lleva a cabo la restauración de uno de los muros del camino medieval de Binissalem asegura que desde que fueron paralizadas las obras por el Consell de Mallorca, el pasado mes de agosto, no se han vuelto a reiniciar las tareas. Así, según señalan desde la empresa, no se han instalado más barras de hierro ni se ha puesto un solo puñado más de cemento sobre el muro, dos aspectos que, según el permiso otorgado en su momento por el comité técnico municipal de Patrimonio, no eran permitidos.
De esta forma, la propiedad quiere desmentir las afirmaciones del grupo ecologista Gadma, que el pasado sábado denunció que la propiedad ha continuado con las reformas del muro medievaldenunció que la propiedad ha continuado con las reformas del muro medieval a pesar de que las obras estaban paralizadas por el Consell. Gadma reclamó la dimisión del alcalde y el concejal de Obras por hacer la "vista gorda", en su opinión.
Lo que sí reconoce la propiedad es que en estas últimas semanas han colocado la rejilla en las barras que ya estaban clavadas, con el objetivo de impedir que salgan los numerosos ejemplares de ganado vacuno, de raza Angus, que hay en la finca, un tipo de animal de grandes dimensiones que supera los 600 kilos de peso.
Desde la propiedad insisten en que están a la espera de lo que dicte el Consell para reanudar las tareas de restauración, que será cuando el camino medieval sea declarado Bien de Interés Cultural, posiblemente el próximo mes de septiembre.
La versión del alcalde
Desde el Ayuntamiento, el alcalde Víctor Martí afirma que, desde que la entidad insular paralizó las obras, no tiene constancia de que se hayan llevado a cabo más intervenciones en el citado muro.
Martí dice que cuando la formación política de Més les informó, en noviembre de 2019, sobre nuevas intervenciones en esta propiedad, la Policía Local acudió al lugar y comprobó que las obras que se estaban ejecutando eran en el interior de la finca y no en el muro.
El alcalde de Binissalem también señala que han intentado tener el máximo control posible sobre el tema, a pesar de que vigilar el lugar las 24 horas del día "es algo imposible", concluye Martí.
