Una de las calles más emblemáticas de Sóller dará un cambio radical en 2021, en tanto que el ayuntamiento prevé convertir la Gran Vía en un boulevard en el que desaparecerán los coches aparcados y se dará prioridad a los espacios peatonales.

Los servicios técnicos municipales trabajan en un proyecto que prevé transformar una vía urbana que conecta el centro de la ciudad con la calle Cetre, la principal ruta de salida del casco de Sóller. La actuación está en fase de preparación por los técnicos, que prevén dar un cambio radical a una calle que ahora mismo es zona de estacionamiento regulado por ORA.

El proyecto prevé ejecutarse en dos fases para completar los 300 metros de longitud que van desde la calle Rectoría hasta la plaza de América. La primera fase abarcará los 150 metros que distan entre la rectoría y el palacete de Can Dulce, actuación que será presentada al Consell para su financiación a través de la línea de subvenciones del Pla d'Obres i Serveisque lanza cada año a los consistorios de la isla.

La obra prevé reducir la calzada a un carril de 3,5 metros de ancho. El terreno que pierden los coches se da a los peatones, que dispondrán de dos aceras que sumadas tendrán una anchura de 7 metros, ya que también ocuparán la zona que actualmente se dedica al estacionamiento de coches. El carril para vehículos será pavimentado con adoquines, de modo que se unificará con la reforma que en octubre se realizará a las calles Bauzá y Rectoría.

La finalidad de esta reforma, han apuntado fuentes municipales, radica en pacificar el tráfico que fluye por la Gran Vía y, a su vez, dar mayor protagonismo a los viandantes otorgándoles mayor espacio para uso público.

En dos fases

La reforma que el ayuntamiento prevé llevar a cabo en la calle se realizará en dos fases. La primera en el ejercicio de 2021 y la segunda en 2022, ambas financiadas por el Pla d'Obres y Serveis.

De este modo se completaría el proyecto cambiando la fisonomía urbana de la avenida hasta la plaza de América y adaptándola a los criterios que ya rigen en Sóller en calles como Sa Mar o Sa Lluna. En ambas vías se ha integrado la calzada con las aceras para pacificar el tráfico de vehículos y dar mayor espacio para los viandantes en unas calles donde antes las aceras apenas tenían 50 centímetros de ancho.

Modernismo

La Gran Vía de Sóller se abrió a principios del siglo XX, en una época de apogeo económico para el municipio. De este mismo período datan el tren o la construcción de grandes casas y palacetes de estilo modernista que embellecen el entramado urbano de Sóller, fruto del dinero que llegó al municipio gracias a la emigración a Francia, Cuba y Puerto Rico y a la exportación de cítricos. En esta época el casco urbano de Sóller se sometió a varios ensanches, uno de los cuales la Gran Vía es su eje central. En esta calle se edificaron varios palacetes y mansiones como los de Can Dulce, Can Cremat, Can Rebassa, Cas Batle, Can Magraner o Can Canals.