Los investigadores pondrán en marcha la recogida de material genético de los familiares de los tres desaparecidos que se buscan en la fosa de Sencelles para compararlo con el de unos 3.500 fragmentos óseos hallados en la excavación.

El equipo de arqueólogos de ATICS, encargado de la segunda fase de investigación de las posibles fosas en el cementerio de Sencelles ha recuperado esos 3.500 fragmentos de huesos humanos que corresponden a un mínimo de 50 individuos de diferentes edades, ha informado la Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización.

Entre estos fragmentos, hay algunos restos craneales que presentan defectos compatibles con lesiones perimortem (producidas en torno al momento de la muerte de la persona), compatibles con la posibilidad de que las provocara el impacto de un proyectil de arma de fuego. La segunda fase de estudio que empieza ahora incluye la recogida de datos genéticos de los familiares de las tres víctimas para cruzarlas con los restos óseos que presentan lesiones perimortem.

El equipo de ATICS recogerá ADN de los familiares de las tres víctimas que se buscan en Sencelles -los dos montuïrers Josep Miralles Garau (31 años) y Josep Serra Joan (56 años), y Pilar Sánchez Llabrés (33 años), vecina de Palma-, hará su árbol genealógico y recopilará datos físicos de cada víctima -como antecedentes médicos y clínicos. Una vez recogido, el material genético será analizado en los laboratorios de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Pompeu Fabra.

En los próximos días se dará por concluida la excavación de la zona oeste del cementerio de Sencelles y los arqueólogos harán sondeos en otras zonas donde el georadar había detectado alteraciones, antes de dar por concluida esta segunda fase.

Los restos se recuperaron durante las tareas de excavación en la zona 1 oeste de la terraza inferior del cementerio de Sencelles, en un área de unos 70 metros cuadrados y 1,20 de profundidad de la parte más inferior de esta terraza, que limita con los nichos de construcción reciente-, donde se ubica el cementerio civil primitivo, ya existente en el siglo XIX.

El informe de valoración antropológico-forense sobre los 3.500 restos indican que corresponden a huesos o fragmentos óseos procedentes de un depósito de remoción y que se encontraron sin ningún tipo de articulación o coherencia anatómica.

Son restos incompletos y con alteraciones importantes post mortem, debido a las modificaciones que han sufrido los enterramientos. En el cementerio de Sencelles, entre las décadas de 1950 y 1980, se llevaron a cabo diferentes remodelaciones que afectaron a los entierros realizados desde el siglo XIX, razón por la que los restos están muy alterados y fragmentados debido a la remoción que ha sufrido el terreno. Esto limita y condiciona la interpretación de las lesiones, por lo que se deben continuar estudiando y analizando las evidencias.

El secretario autonómico de Memoria Histórica y Buen Gobierno, Jesús Jurado, destacó que se debe seguir trabajando en una posible identificación de estos restos cuya identidad se desconoce. "Hasta que hagamos el cruce de ADN no podremos obtener más información. Hay que dejar trabajar a los equipos de antropólogos y forenses, y mantener la máxima prudencia por respeto, sobre todo, a las familias que buscan a sus seres queridos", pidió.