A finales de enero se iniciaron los trabajos de restauración de una vieja imagen de la Virgen propiedad de la parroquia de Sant Pere de Sencelles. La pieza, que representa a la Mare de Déu de Pasqua, es una escultura del siglo XVIII que se encontraba en mal estado y necesitaba una intervención para poder salvarla del deterioro.

Según Jordi Llabrés, representante de la Fundació Mossèn Bartomeu Oliver y Amengual, entidad promotora de los trabajos, "la escultura es una figura de las llamadas capipota, es decir, de las que únicamente tienen esculpidas la cabeza, las manos y los pies, y que, cuando les llega la hora de presentarse para el culto, son ataviadas con vestimentas, cabellos postizos, joyas auténticas y una corona. Es un hecho muy habitual en las piezas religiosas ya que con este tipo de complementos tan reales, se pretendía acentuar la humanidad de los personajes sagrados y acercarlos a los fieles".

En un principio estaba previsto que las labores se prolongarían durante unos dos meses y que la talla, recién restaurada, sería presentada al público a principios del pasado mes de abril. Se esperaba que, como cada año, protagonizara la procesión del Encuentro del domingo de Resurección. La crisis sanitaria y el consecuente confinamiento han sido los culpables que no hayan podido cumplirse los plazos marcados.

Retirar capas de pintura

La intervención,principalmente, ha consistido en retirar las diversas capas de pintura aplicadas durante el siglo XX que en realidad escondían la policromía original. Se ha aprovechado la ocasión para limpiar, fijar, recuperar y reintegrar las diferentes superficies de la escultura. También se ha hecho una necesaria consolidación estructural de toda la pieza.

Las labores de restauración se realizan en el taller de la restauradora palmesana Montserrat Descallar y se presupuestaron por valor de unos 3.500 euros que han sido sufragados por la Fundació Mossèn Bartomeu Oliver y Amengual, promotora de los trabajos.