Después de dos meses y medio cerrado, debido a la pandemia, es Cruce, el restaurante más conocido de Mallorca, reabrió ayer sus puertas. Y lo hizo ofreciendo los tradicionales platos de hecho tan popular. Pero al tener que cumplir las normas sanitarias, el aforo del negocio es más limitado. Solo se puede atender a la mitad de los clientes que se servían antes de la declaración de la pandemia sanitaria. Se han tenido que retirar unas 80 mesas, para asegurar la distancia mínima entre los comensales. Esta limitación no impidió que el primer día de esta esperada reapertura el restaurante llenara su aforo y mucha gente tuvo que aguardar una larga cola en la puerta para poder ocupar una mesa y degustar uno de sus platos.

El restaurante es Cruce casi siempre está lleno de clientes y es complicado encontrar una mesa para poder sentarse y comer uno de los platos de cocina mallorquina que ha hecho tan popular a este restaurante de Vilafranca. Y ayer no fue una excepción, aunque era más fácil llenar el aforo, porque se ha reducido a la mitad. Para este primer día, entre otros muchos platos, además de los conocidos caracoles, se ofrecieron codornices a la plancha y pa amb oli para degustar la merienda de este largo parón. No faltaron los tradicionales platos de cocina mallorquina que ha convertido a es Cruce en uno de los restaurantes más populares de la isla.

Guillem Garí, el propietario de este popular negocio, afirmó que la carta contiene los mismos platos que antes del cierre, pero la novedad es que se ha tenido que limitar el aforo a la mitad para cumplir las normas sanitarias. Se han retirado unas 80 mesas, por lo que será más difícil encontrar un sitio para poder sentarse y comer. El día de más asistencia a es Cruce es el domingo, porque para muchas familias es una tradición reunirse para comer en este restaurante. Por ello, muchos clientes ya reservaron ayer una mesa. De momento, al no poder utilizar todo el aforo, no se ha podido recuperar a toda la plantilla.