Son Servera apuesta por los radares pedagógicos para mejorar su seguridad. Y es que el Consistorio instaló antes de decretar el estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus dos radares pedagógicos en dos de los puntos con más afluencia de tráfico en el municipio: la avenida Joan Servera Camps (en la entrada de Cala Millor) y en la calle Ciutat (en la entrada del pueblo desde Sant Llorenç).

El departamento de Movilidad municipal explica que estos dos sistemas están preparados para calcular la velocidad de los vehículos a través de una antena de ondas magnéticas que permiten conocer a cuánto se circula a 300 metros de distancia.

En función de la velocidad, se enciende un determinado color. El verde se activa cuando el vehículo circula a una velocidad igual o inferior a la permitida mientras que el rojo significa que se supera por poco el límite permitido. En cambio, cuando se va a una velocidad mucho más superior, aparece la señal de peligro. En ningún caso, especifican, estos dispositivos tienen una finalidad sancionadora, su objetivo es pedagógico.

Y es que estos sistemas permiten llevar a cabo estudios de tráfico dentro del propio municipio, además de ayudar a sensibilizar a la sociedad de la necesidad de circular con prudencia y respetar las velocidades recomendadas en el interior de la población.