El ayuntamiento de Pollença celebró ayer el pleno ordinario del mes de marzo a puerta cerrada para cumplir con las medidas decretadas por el estado de alarma al que acudieron únicamente ocho regidores de los 17 miembros de la corporación.

La sesión aprobó una serie de facturas extrajudiciales por valor de unos 190.000 euros, en su mayoría correspondientes a facturas de suministro eléctrico. También se dio cuenta de la liquidación del último presupuesto, una medida que permitirá disponer de una parte del superávit de 2,6 millones de euros para ejecutar inversiones de tipo social con el objetivo de paliar la crisis económica que se avecina.