Los primeros días de confinamiento de los vecinos de la calle de l'Església de Portopetro han sido un auténtico infierno. Unas obras "insoportables" han acabado con su paciencia porque ni podían concentrarse para desempeñar el teletrabajo ni podían seguir las clases virtuales en directo que daban los profesores. Han movido cielo y tierra para que la excavadora del solar vecinal en obras parara con su infernal ruido. La buena noticia ha llegado este miércoles al mediodía desde el ayuntamiento de Santanyí. La primera edil, Maria Pons, ha firmado la paralización de las obras tras estudiar el caso y detectar unas anomalías en dichas obras. La noticia ha desatado la alegría entre los vecinos que ya no soportaban más un confinamiento a ritmo de excavadora.

"Somos de los más afectados porque tenemos las obras al lado. La excavadora se pone a trabajar a las ocho de la mañana y no para hasta las 18 horas. Debemos escuchar las noticias con auriculares", detalla Maria Ilumaninada Adrover que como es fija discontinua no se ve en la tesitura de tener que teletrabajar con este ruido de fondo.

Su vecina, Antònia Duran, sí teletrabaja. Bueno, lo intenta. Debe atender llamadas de los clientes pero confiesa que se pasa la jornada pidiendo disculpas y que vuelvan a repetir su consulta. "Lo llevo fatal. Tengo un dolor de cabeza increíble. Logro dormirme a las dos de la madrugada porque cuando para a las 18 horas, el ruido se ha metido en nuestro cerebro y no cesa", comenta igual que su vecina Elena Mas. "Ya te levantas de mal humor", admite. Los constructores, explica, podrían tener un poco de sentido común ya que saben que con el estado de alarma todos los vecinos estamos en casa. "Es una empresa grande y seguro que podrían trabajar en otra construcción que no causara tantas molestias", coinciden.

Elena Mas es autónoma y con el estado de alarma decretado por la emergencia sanitaria del coronavirus se ha visto obligada a cerrar su tienda. Sus hijos, explica, no pueden seguir sus clases virtuales debido a las obras vecinas. "Mi hija que cursa primero de Bachillerato ha tenido que salir de la clase de catalán porque si ella estaba conectada sus compañeros no podían escuchar las explicaciones de la docente", ilustra.

Estos vecinos de Portopetro se han puesto en contacto con el ayuntamiento de Santanyí para saber si podían actuar. En un principio, el consistorio no tiene competencias, si todo estaba en regla, para paralizar las obras pero tras revisar el papeleo se ha detectado una anomalía y al mediodía la alcaldesa ha firmado la paralización de las obras que literalmente ha salvado a estos vecinos de volverse locos con el persistente ruido de la excavadora.

Asimismo, la primera edil ha firmado un bando municipal con las pautas básicas de cómo se debe actuar en caso de obras ante la situación de emergencia sanitaria creada por el Covid-19. Además de tomar las precisas medidas de prevención, el jefe de obra debe determinar si los trabajadores pueden desempeñar sus funciones con total garantía para su salud. Además de mantener la distancia de seguridad entre los trabajadores, se deben establecer protocolos de protección del personal de obra.