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La 'serverina' que inspiró a Alcover

Fue la persona que más aportó al 'Aplec de Rondaies Mallorquines d'En Jordi d'es Racó'

Un momento de la obra teatral en la sala de plenos. b. capó

Si hay un mujer que Son Servera deba guardar en su memoria es Rafaela Servera Sureda, Calona. Nacida el 27 de diciembre de 1861, a los cuatro años quedó ciega después de padecer la viruela. Por ello también se la conocía como madó Rafela cega. Aquella joven analfabeta, pobre y ciega fue la persona que más rondalles contó a Mossèn Antoni Maria Alcover en su recopilatorio d'En Jordi d'es Racó. Narradas por la propia Calona hay 27 diferentes. Y en el caso de que el recopilador tuviera dos o más versiones de la misma rondalla, siempre optaba por la de la serverina. Aquella memoria prodigiosa y su expresividad en un lenguaje payés con acento serverí maravillaron a Mossèn Alcover, que se trasladaba hasta la possessió de sa Torre Nova, en Son Carrió, donde escribió sus primeras rondalles y donde conoció a madó Calona.

Más adelante, en sus desplazamientos a sa Torre Nova, Mossén Alcover enviaba un carruaje a la casa de madó Calona, hoy ubicada en la calle Parras 63 de Son Servera, para recoger a la mujer ciega y llevarla a sa Torre para que le relatase más cuentos populares, convirtiéndose así en la persona que más aportó en el Aplec de Rondaies Mallorquines d'En Jordi d'es Racó. A pesar de todo, Rafaela había realizado este trayecto en multitud de ocasiones. Sola y descalza subía por el camino de tierra y piedras, el de sa barrera, para cruzar el alto de Son Escrivà y descender hasta sa Torre Nova.

Su prodigiosa memoria no solo guardaba aquellas narraciones que pasaban de padres a hijos, sino toda la información necesaria para sobrevivir sola en su casa, donde cocinaba en un fuego que hacía con la leña que le traían sus hermanos y de la que conocía cada rincón. Siempre andaba descalza. Con los pies desnudos daba con la suciedad del suelo que debía barrer. Pasaba tiempo en el corral, donde florecían unos preciosos geranios que cuidaba con esmero. A igual que su casa, conocía la de su vecinos, donde accedía con la única ayuda de una pequeña caña para guiarse. Iba de casa en casa, sorteando los carros que pudiera haber en la calle, sin que jamás topara con alguno.

Rafaela 'Calona'.

Para poder sobrevivir en aquellos tiempos de pobreza realizaba labores de picar càrritx (carrizo) y hacía cuerdas para vender. En verano iba a la possessió de Son Corb a pelar almendras, donde cobraba una peseta por cada cesto que llenaba. Incluso realizaba trabajos de niñera, en las casas donde los progenitores tenían que trabajar. Además cosía o acudía a rezar el rosario en las casas donde había habido un difunto. En su memoria, atesoraba las oraciones para enseñar y el santoral de todo el año. Con esta maña, vivía en una sorprendente normalidad, hasta que el12 de septiembre de 1947 murió a los 87 años.

La mayor contadora de historias de Mallorca permaneció en el olvido hasta que en 2009, Ramon Ballester i Vives y Margalida Nebot i Vives dejaron constancia de ella en el libro Les Rondalles Més Serverines. Más recientemente, Jaume Miró i Adrover ha escrito una breve obra teatral que repasa la vida de Rafaela Servera. Una genial obra que además de dar visibilidad a esta mujer, se desarrolla en la misma sala de plenos, donde además de contar su historia deja entrever la necesidad de nombrarla hija adoptiva de Son Servera. La obra concluye cuando se cuelga una foto de madó Calona, junto al cuadro del hijo ilustre Jaume Fornaris i Taltavull. Fue una mujer que dejó tan asombrado a Antoni Maria Alcover, que Francesc de Borja Moll, escribió: "Ante la riqueza y expresividad de lenguaje payés [en referencia a Rafaela] el joven escritor[Antoni Maria Alcover] permanecía deslumbrado, embelesado y cada vez más entusiasmado". En su obra, el serverí Ramon Ballester i Vives, concluía: "Cabe guardarla en la memoria del pueblo como una verdadera joya de nuestros antepasados". La visibilidad de esta mujer quizás sirva para que pase a formar parte de la lista de hijos adoptivos, hasta ahora todos hombres. Así ya se escuchan las primeras voces solicitándoselo a la primera mujer alcaldesa, Natalia Troya.

Antònia Soler 'Els mites grecs a les rondalles'

La profesora Antònia Soler ha publicado nuevo libro: Els mites grecs a les Rondalles mallorquines, un inventario que pretende cotejar nuestras rondalles con los mitos griegos a través de un inventario en común que recoge cerca de una treintena de historias mitológicas. Y es que los mitos se relacionan con aspectos, situaciones y personajes de las rondalles. Soler nos presenta un desglose de los distintos temas en común. Especifica que la comparación puede ser clara, quedar implícita o, incluso, como si fuera un eco del mundo clásico que hubiera llegado a las rondalles. A pesar de no ser herederas de los mitos griegos, hay tópicos literarios que ya quedaban patente en ellos.

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