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Entrevista

Rafel Fernández: "Mi maniobra fue demostrar al Estado que el pueblo tiene poder"

"Les dije que debíamos llegar a un acuerdo sí o sí" - "Será la peor temporada turística de nuestra vida"

Rafel Fernández posa en los exteriores del Centre Cap Vermell. r.f.

P ¿La manifestación sirvió para que Madrid rectificara?

R ¡Sí! Funcionó porque Cala Rajada era la zona cero y por la foto de Pedro Sánchez en el paseo de Cala Gat.

P ¿La visita del presidente y el mes y medio de incertidumbre provocaron que los 'gabellins' salieran a la calle?

R Movilizamos al pueblo por la falta de autorización para reparar el paseo. La indignación del pueblo fue la negativa de darnos el permiso. Queríamos arreglarlo porque la administración local es la más cercana y la que mejor puede movilizar toda la maquinaria necesaria para empezar los trabajos y que estén listos para la temporada turística. El pueblo salió indignado ante la negativa de Costas de que pudiéramos arreglar los paseos. He tenido que arrastrarme hasta Madrid para que me dieran permiso para entrar en casa del vecino y arreglarle su casa.

P Durante este tiempo de tensas reuniones, ¿qué ambiente se respiraba?

R La gente estaba a la expectativa. Es verdad que durante los 15 primeros días se pensaba que el Estado reaccionaría con algo similar a la riada de Sant Llorenç. Tras la resolución del Consejo de Ministros que asignó a Balears 4,4 millones de euros, estalló la bomba. Los alcaldes nos indignamos y Delegación de Gobierno nos convocó en Sa Màniga. Aquí añadieron leña al fuego porque la partida era para que directamente Costas arreglara lo que salía en la resolución. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo que muchos alcaldes estaban dispuestos a retornar los paseos marítimos pero le transmití a la delegada del Gobierno, Aina Calvo, que le dijera que no había hablado con los de Balears porque retranquear no es viable. Nos planteó dos opciones: retranquear o hacer concesión.

P ¿El acuerdo de Madrid no tiene nada que ver con la oferta de Sa Màniga?

R Parece que es lo mismo pero no tiene nada que ver. La Delegada del Gobierno nos dijo que teníamos que pedir una concesión, elaborar un documentos de concesión, igual que el Ministerio. Se pondría en común, se fijaría un cánon y cuando se firmara, el Ayuntamiento podría actuar. En este caso hubiera pasado el verano o, incluso, el otro. En caso de retranqueo, tendríamos que hacer un proyecto que luego estudiaría la Dirección General de Costas, que sería quien lo pondría en marcha. Así, hubieran pasado unos cuantos veranos. Mientras, Capdepera tenía el paseo de Cala Gat partido por la mitad dos veces. No podíamos quedarnos de brazos cruzados.

P ¿ Y ante esta situación decidió movilizar a sus ciudadanos?

R Mi maniobra fue demostrar a la autonomía y al Estado que el pueblo tiene poder. Hicimos una convocatoria de concentración sin que Delegación nos tuviera que dar permiso rechazando la actitud del Estado por no otorgarnos el permiso para arreglar los paseos. La repercusión en la prensa y en las redes sociales fue inmediata. De hecho, en Madrid tenían copias de los periódicos haciéndose eco de la concentración.

P ¿Pueblo y prensa tienen poder?

R ¡Exacto! Sigue funcionando.

P ¿Cuándo le llamaron para que fuera al Ministerio?

R El sábado 7 por la tarde tras la manifestación. Me citaron para el lunes a las 13 horas.

P ¿Y cómo os recibieron en el Ministerio?

R Fue una reunión bastante tensa que duró tres horas. El planteamiento inicial fue parecido al de la delegada del Gobierno. Paré la reunión. Le dije que no venía de Capdepera para oír el mismo sermón. Nuestra misión era muy clara: no nos moveremos sin la autorización. Les dijimos que debíamos llegar a un acuerdo sí o sí. A partir de aquí empezamos a acercar posturas.

P ¿Qué negoció en Madrid?

R Desde Costas nunca nos ofrecieron que podíamos hacer la obra por urgencia a la espera de firmar el convenio de concesión administrativa, algo que se contempla en la Ley de Costas.

P ¿Y la concesión?

R La concesión administrativa no es viable en Balears. Se lo dejé claro porque los Ayuntamientos tienen una cuerda en el cuello porque no se ha cambiado la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Propuse una concesión que no tuviera una titulación económica. El técnico que había en la reunión me dijo que la concesión administrativa siempre debía tener un componente económico y que pretendía un imposible. Le dije que no sería gratis porque el Ayuntamiento lleva el mantenimiento mediante convenios. Fue aquí cuando dijo que nos podíamos salvar. Capdepera lleva con estos convenios hace 20 o 30 años, por lo tanto, tiene un montante económico que se invierte en cosas del Estado.

P ¿Con canon cero?

R Quedó reflejado que era una concesión administrativa con cánon cero y que era de titularidad, por lo tanto, los años tanto nos da porque no obliga a nada. Iremos arreglando el paseo porque somos propietarios y el día que el nivel del mar suba 10 centímetros, el alcalde que esté podrá decidir retornar la concesión. Lo dejé muy claro para no dejar atado a mis sucesores.

P ¿Y cómo surgió extrapolar el acuerdo al resto de paseos?

R Había hablado con los alcaldes porque hubo muchos nervios porque Madrid sólo había convocado al de Capdepera. Entendí que me convocaban porque Cala Rajada era la zona cero de Gloria. Tampoco era por motivos del mismo color político. Nadie sabía nada de la llamada del Ministerio. La intención era recibirlos uno a uno. Así ya se alargaba el asunto. Por ello, me pasaron las peticiones básicas de los municipios. Según Madrid, mi paseo era una excepción porque la prioridad del Estado es retranquear. Todos los paseos marítimos están dentro de la trama urbana, por ello, le supliqué que hiciera extensible el acuerdo. El técnico lo comprobó y fue aquí cuando cedieron.

P ¿Y del tema playas?

R La tónica fue diferente. Pedí una autorización de movimiento de arena ya que el mantenimiento de playas es local. Mañana había una reunión en Felanitx para tratar el tema [que se ha suspendido por la alerta sanitaria del coronavirus]. En la península hay un plan de regeneración de playas. Por ello, exigimos un plan integral de regeneración de playas de Balears, algo que saldrá en breve.

P Y tras empezar las obras, llega la alerta sanitaria del coronavirus. ¿'Gloria' más coronavirus son la tormenta perfecta contra la temporada turística?

R Será la peor temporada turística en el Llevant de nuestra vida porque empezamos con la quiebra de Thomas Cook, le sumamos Gloria y ahora el coronavirus. La temporada será mínima. Hay hoteles que han abierto con un 11% de ocupación.

P Ha sido el más crítico. ¿Desde la dirección socialista le han llamado al orden?

R No. Ha habido alcaldes socialistas afectados que han apostado por un discurso más conciliador pero no era nuestra finalidad. Queríamos empezar las obras ya. Hay que defender los intereses del municipio, independientemente del color político, porque una vez elegido eres el alcalde de todos.

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