Rehabiliar la playa de Cala Millor con arena de excavaciones. Es la solución a corto plazo en la que están trabajando los ayuntamientos de Sant Llorenç y Son Servera para hacer frente a los daños causados por Gloria a su paso por la costa del Llevant. El informe llegará en breve a manos de Medio Ambiente y contempla reparar la playa con arena proveniente de excavaciones en parcelas cercanas al mar o incluso que tengan almacenadas.

Se trata de una medida de urgencia para paliar los efectos del temporal antes del inicio de la temporada turística que han puesto en marcha los consistorios, quienes reconocen que no podrán hacer frente al gasto que supondrá regenerar la costa, por lo que reclaman al Govern y al Ejecutivo central que lo hagan. En caso de que las instituciones públicas no se hagan cargo, los consistorios ponen sobre la mesa que el sector hotelero o empresas privadas afronten la mitad de la inversión.

Paralelamente, se volverá a trabajar en el proyecto a largo plazo que quedó sobre la mesa después de la borrasca y en el que el Consorcio Turístico había estado trabajando. El primer edil de Sant Llorenç puso en valor que el sistema de observación costero lleva 25 años vigilando la playa de Cala Millor, "por lo que ahora sabemos cómo se ha comportada la playa en los últimos 25 años". Y añadió: "Lo que no sabemos es qué hacer para que no vuelva a pasar".

Cabe destacar que una de las soluciones que barajó Demarcación de Costas fue el retranqueo del paseo marítimo, sobre todo en la parte donde se encontraba el sistema dunar, aunque aún no se ha pronunciado sobre el proyecto a largo plazo presentado.

En 2017, técnicos del SOCIB en un charla impartida a los hoteleros de Cala Millor organizada por el Consorcio Turístico explicaron que la playa consta de buena salud y que aguanta las regeneraciones de arena que se han ido realizando, la última en 2002. El SOCIB, además, atribuía la buena salud de la playa a la inmensa pradera de posidonia que tiene la bahía, capaz de disipar un 33% la fuerza del oleaje en una tormenta.

Y enumeraba los reveses que ha sufrido la playa con la intervención humana, que ha provocado la desaparición del sistema dunar, y con los temporales que ha padecido, dejado maltrecha la zona en los años 2013, 2014 y 2015 de los que finalmente se ha recuperado.

Actualmente, la playa de Cala Millor no tiene la suficiente arena para afrontar la temporada turística y la regeneración de la costa con otra arena puede ser un arma de doble filo. Ya sucedió en la última regeneración con una arena semejante pero que no contentó a mucha gente del sector.

Replantear el modelo costero

Por otro lado, desde la organización ecologista GOB denunciaron ayer que la ordenación de la costa mallorquina "no puede responder a las urgencias del sector turístico", en referencia a las reclamaciones de los consistorios de arreglar los daños causados por la borrasca antes del inicio de la temporada.

Según la entidad ecologista, al restaurar las playas hay que tener en cuenta que el cambio climático está afectando directamente al litoral, y una muestra de ello es el progresivo incremento del nivel del mar. La urbanización del sistema dunar que había anexo a la playa de Cala Millor -explican- "limitó gravemente la dinámica y la capacidad de adaptación de la playa ante episodios de tormenta, ya que el 'almacén' natural de arena ha sido ocupado por el paseo marítimo y los hoteles en primera línea". Por ello, denuncian, "la playa tal y como la pretende el sector turístico de la zona es imposible".

Así, desde el GOB instaron a un replantear la planificación y gestión de la costa ante un futuro que, dice, "hará insostenible el modelo que se ha impulsado y mantenido en décadas pasadas".

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