Los vecinos de la carretera del Puig Major discrepan de la efectividad de los controles como el que se llevó a cabo el pasado fin de semana en la carretera Ma-10 en el tramo entre Sóller y el Puig Major. Pese a que las autoridades sancionaron a 35 conductores, los vecinos aseguran que "la Guardia Civil no hace la vigilancia que debería hacer".

Miembros de la plataforma vecinal Indignats Ma-10 apuntaron dos factores clave para defender su argumento. En los controles de velocidad mediante radar del pasado fin de semana la Guardia Civil de Tráfico instaló al principio de la carretera un gran cartel luminoso informando a los conductores de que la carretera estaba bajo control de radar. Y, por otro lado, los vecinos sostienen que estos controles no se realizaron en las inmediaciones del Mirador de ses Barques, donde a su juicio, "los motoristas circulaban a sus anchas y con exceso de velocidad". En este tramo, el Consell redujo la velocidad máxima a 50 kilómetros por hora, instaló varias bandas rugosas y trazó línea continua para prohibir los adelantamientos".

La plataforma de vecinos asegura que, "de haber voluntad de acabar con el problema, la Guardia Civil tendría que haber realizado los controles en la zona limitada a 50", cosa que, para los afectados por las carreras ilegales "el control no tuvo los efectos que podría haber tenido".

Uno de los vecinos añadió que en la zona de Ses Barques "las motos circulaban con total impunidad pese a las nuevas limitaciones". Miembros de la plataforma aseguraron mantener un "contacto constante" con el Consell, una institución que, dijeron, "está haciendo todo lo que podía hacer, puesto que no tiene potestad para vigilar a los usuarios".