"Nos lo van a destrozar todo. El impacto ambiental en la zona será brutalEl impacto ambiental en la zona será bruta". Así se expresan los vecinos de la finca de Roqueta, situada junto a los terrenos donde se van a construir dos depósitos de 6.000 y 11.000 toneladas métricas para la conducción del agua de sa Marineta hasta Petra y los pueblos de la zona de Manacor. A finales de diciembre de 2019, la entidad Abaqua adjudicó a una UTE el contrato de construcción de la mencionada instalación entre Maria de la Salut y Petra por un importe de 7,2 millones de euros (sin IVA), que se financiarán a través del fondo del impuesto de turismo sostenible.

"¿Qué hemos hecho en Maria para tamaño despropósito? Y el Ayuntamiento sin enterarse. Edificaciones que van a dejarnos de por vida y a nuestros descendientes un enorme impacto ambiental y visual que creo que el pueblo, al que tanto queremos, no se merece", explica Miquel Pastor, uno de los afectados.

"Se solicitó al Ayuntamiento si podía explicarnos el proyecto y nos contestó que no conocían el desarrollo del mismo", añade Pastor, visiblemente molesto.

Una vez conocidas las intenciones de Abaqua, se logró una reunión con la gerencia de esta entidad pública y técnicos firmantes del proyecto a la que asistió también una representación del equipo de gobierno y la oposición y un grupo de vecinos. Durante la reunión se plantearon una serie de preguntas que no obtuvieron respuestas satisfactorias. Una de las dudas es cómo van a realizarse las obras teniendo en cuenta que van a moverse 8.000 toneladas de material de excavación y no existe un camino adecuado para el tráfico de camiones.

También preocupa cómo van a preservarse las paredes del camino de sa Pleta de Roqueta, que tienen 250 años, y cómo accederán los vecinos a sus fincas mientras duren las obras. Asimismo, los afectados también han preguntado de qué manera podrán seguir su actividad el agroturismo de Roqueta y las explotaciones de vivienda vacacional adyacentes.

Antes de esta reunión con Abaqua se presentó la solicitud al entonces alcalde, Guillem Jordà, acompañada por cerca de 60 firmas de vecinos que con más o menos intensidad pueden ser afectados.

Poca difusión

Uno de los principales reproches era que no había existido un periodo de exposición pública con el objetivo de poder presentar alegaciones. Se les respondió que sí había existido este plazo, durante un mes, y que se dio a conocer en el Boib. "Todos mostramos nuestra extrañeza, incluidos los alcaldes Jordà y su antecesor Mas. Les preguntamos por qué esta exposición pública solo se había dado a conocer a través de este medio y por parte de Abaqua se nos indicó que no estaban obligados a más. Nuestra extrañeza es mayúscula ya que entendemos que este método es del todo insuficiente y debería haberse publicado en los medios de máxima difusión regional, siendo negado este extremo por parte de Antoni Garcías, gerente de la entidad", cuenta Miquel Pastor.

"El Ayuntamiento tramitó ante la conselleria de Medio Ambiente los puntos que los vecinos consideramos más graves y la verdad es que la respuesta ha sido tibia, y siempre de palabra, sin documentos que les pudieran comprometer", apuntan los vecinos.

Según explican, "tienen un interés enorme en comenzar la obra y pretenden bajar los materiales por el camino que no es apto para los camiones". Los vecinos aseguran que el proyecto no contemplaba este punto ya que "el camino de sa Pleta de Roqueta es muy estrecho y solo pueden circular vehículos ligeros". "Seguimos pensando, y no alcanzamos a ver las causas, que hay un interés especial en perjudicarnos, ya que los depósitos se ubicarán en un Área Rural de Interés Paisajístico (ARIP); es totalmente un despropósito".

Por ello, estos vecinos de la zona de Roqueta se sienten "despreciados y ninguneados por parte de la administración pública".

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