Ports IB acordó ayer aplazar la aplicación de la ORA en la zona portuaria de Sóller tras la reunión que mantuvieron sus responsables con los vecinos y el Ayuntamiento. El organismo gestor de puertos estudiará la creación de una tarjeta para los residentes, tal y como estos venían exigiendo en los últimos días.

El encuentro se celebró ayer entre el director general de Ports IB, Xavier Ramis, el alcalde de Sóller, Carlos Simarro, y representantes de la Asociación de Vecinos del Port de Sóller. En principio, la ORA debía entrar en vigor este domingo, día 1 de marzo, pero ahora se retrasará hasta el 10 de marzo. Los residentes expresaron su satisfacción por la buena predisposición de Ports para aplazar y negociar la aplicación de la zona azul.

119 plazas de aparcamiento

La regulación de las 119 plazas de aparcamientos implicará que para estacionar en la zona competencial de Ports será necesario pagar el tique de la ORA, una obligación de la que quedarán excluidos los pescadores y los usuarios náuticos que tienen un punto de amarre en base.

Este modelo establece que el resto de conductores, incluidos los residentes de la barriada de Santa Catalina, que son los más próximos y más perjudicados por la iniciativa de Ports, deberán abonar la tarifa vigente a razón de un euro la hora. Tal y como se presentó el plan, la ORA estará activa hasta el 31 de octubre, de lunes a domingo, entre las 9 y las 14 horas y entre las 16 y las 21 horas. El grave malestar de los vecinos del Port con la medida se hizo patente la semana pasada en una reunión que se celebró en el oratorio de Sant Ramon de Penyafort, donde los residentes dejaron caer la posibilidad de bloquear el acceso viario a la zona portuaria si finalmente se aplica la regulación del estacionamiento. A la reunión acudió una treintena de vecinos, la mayoría de los cuales son residentes en Santa Catalina, miembros de la Asociación de Vecinos del Port de Sóller y representantes del ayuntamiento encabezados por el alcalde Simarro. Pese a que en un primer momento Ports esgrimió la inviabilidad técnica de aplicar unas tarjetas de residente en la zona portuaria, ahora se compromete a estudiarlo.