Y llegó el sábado en que toda la part forana se puso patas arribala part forana se puso patas arriba. Del revés. Por un día, los tímidos se desmelenaron y los extrovertidos fueron recatados. Por un día, las medusas salieron de las aguas para danzar alegremente, superhéroes de poco más de un metro de altura patrullaron las calles, las teclas de un piano caminaron al compás de batukadas y los muertos vivientes se abrazaron a los vivos, entre otras escenas surrealistas.

Puede ser, como dicen los expertos, que el Carnaval de Mallorca ya no sea lo que acostumbraba: un desahogo para la crítica social y la sátira. Pero lo que sigue entroncando la actualidad con épocas pretéritas es ese ánimo de desinhibirse por unas horas, para convertirte en alguien que no eres.

Las grandes capitales de comarca aglutinaron, como es lógico, las ruas con más participantes. Así, por ejemplo, la de Calvià vila, que estrenó recorrido por las obras de reforma del Carrer Major, con fin de fiesta en el párking del Ayuntamiento. Manacor disfrutó también con una Rua que estuvo centrada en el mundo de fantasía. Previamente, hubo fiestas temáticas centradas en las familias y en los jóvenes.

Bajo el sol primaveral de primera hora de la tarde, medusas y bailarinas orientales se movieron acompasadas por el Port de Sóller, mientras que en Sineu el pabellón deportivo del instituto fue uno de los epicentros de la fiesta.

Las restricciones de tráfico fueron la nota predominante en la mayoría de localidades, generando algún que otro dolor de cabeza para los que se desplazaban en coche.

Disfraces de todo tipo

El universo de disfraces fue casi tan amplio como el de participantes. El famoso 'Monstruo de las Galletas' fue el leitmotiv elegido por una comparsa infantil en Montuïri, mientras que el toque gastronómico lo puso Galilea, en Puigpunyent, con la tradicional fava parada.

Bunyola se alegró al paso de una comitiva 'tétrica' formada por muertos vivientes y, en Santanyí, una animada comparsa intentaba elevar bailando el ánimo de los parroquianos (sin disfrazar) de un bar. Por lo general, fue un Carnaval donde abundaron las familias disfrazadas al unísono, como en Son Servera donde se pudo ver a progenitores reconvertidos durante unas horas en Mickey Mouse, junto a sus hijos pequeños. En definitiva, una jornada del mundo al revés.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • Carnaval 2020: arrancan las ruas de la 'part forana'
  • Carnaval 2020: Los niños de la Part Forana desfilan en las 'ruetes'

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO