El primer indicador para definir el grado de adicción de una persona a las nuevas tecnologías no es el tiempo, sino el motivo de conexión. De hecho, la inmensa mayoría de los adolescentes, el 93,9%, se conecta sin ningún motivo: están aburridos, tristes o no saben por qué se conectan. Sólo un 2,9% afirma que se conecta para estudiar.

Otro dato importante extraído del estudio indica que el 80,6% de los alumnos encuestados estudia con el móvil al lado: un 76,8% niños y un 84,2% de niñas. Cuando estudian, las niñas miran más el móvil que los niños. En cambio, entre los que afirman que no tienen móvil o que nunca lo miran mientras estudian hay un 42% de niños y un 34,4% de niñas.

Los datos recogidos no permiten afirmar ni desmentir que el uso de internet que hacen los adolescentes perjudica sus resultados académicos, pero sí muestran qué percepción tienen los encuestados de cómo afecta a su rendimiento académico. Un 64,3% de afirma que el uso que hace de internet perjudica sus notas y un 34,2% dice que no le afecta. Hay más niños que niñas que creen que sí les afecta: 45% y 36,9%, respectivamente. Esta percepción también varía en función del tiempo que se conectan.

Entre los que se conectan menos de dos horas (entre semana), un 28,6% dice que sí que le afecta. Si se pasan entre 2 y 5 horas el porcentaje aumenta hasta un 42,4%. En cuanto a los alumnos que navegan entre 2 y 5 horas en internet (entre semana), un 49,3% está seguro de que este tiempo de conexión afecta a sus resultados académicos y un 55,2% lo supone. Un 54% no lo sabe y un 49,1% está seguro de que no le perjudica.

El 23,9% de los alumnos que se pasan entre 5 y 8 horas conectados a internet está seguro de que afecta a sus resultados académicos mientras un 18,4% lo supone. Un 13,2% no lo sabe y un 15,1% está seguro de que no le afecta. Este 15,1% es muy inferior al 49,1% de los que se pasan entre 2 y 5 horas conectados. El 13% de los que están más de 8 horas conectados entre semana están seguros de que esta conexión perjudica su rendimiento académico y un 7,2% lo supone. Un 5,8% no lo sabe y un 5,9% está seguro de que no le afecta.

Control parental

La mayoría de padres no controla qué hacen sus hijos en internet. Las tres variables en las que no hay control parental: a) no me ponen límites; b) me ponen límites pero no siempre los cumplo; c) yo mismo me pongo los límites, suman un 74% de los alumnos. Un 1,4% afirma que los padres les controlan a través de una aplicación. El control parental disminuye a medida que los hijos se hacen mayores. Entre los 12 y 14 años es de un 53,6% y entre los 15 y 17 baja hasta un 29%.