El Govern se reunirá hoy con el Ejecutivo catalán para abordar la apertura de la principal fosa común de sa Coma (Sant Llorenç), en la que se calcula que podría haber cerca de 500 soldados enterradospodría haber cerca de 500 soldados enterrado, muertos en el desembarco de Mallorca en agosto de 1936, en plena Guerra Civil. Se trata de un proyecto de colaboración entre ambas administraciones que se puso en marcha la legislatura pasada y que ahora podría hacerse efectivo.

Las instituciones debatirán hoy en Palma cómo hacer efectiva esta reivindicación histórica. A la reunión está previsto que asistan el secretario autonómico de Memoria Democrática y Buen Gobierno, Jesús Jurado, y el director general de Memoria Democrática de las islas, Marc Andreu Herrera, en representación de Balears, y la directora general de Memoria Democrática de la Generalitat, Gemma Domènech, en representación del Gobierno catalán.

Desde Cataluña ya han mostrado su intención de hacerse cargo de la expedición, enviando al lugar arqueólogos para que extraigan muestras de ADN de los restos que contenga la fosa común con el objetivo de poder identificarlos y, en caso de que sean catalanes, se comprometen a hacerse cargo del traslado de los cuerpos a Cataluña.

Según los expertos, los militares enterrados en sa Coma pertenecerían al ejército republicano que en 1936 llegó a la costa de Mallorca con la intención de reconquistarla, ya que un mes antes la sublevación militar del 18 de julio se había hecho con el control de la capital balear. Se calcula que de los 8.000 combatientes que formaban la flota, 1.700 perdieron la vida en las tres semanas que duró el enfrentamiento, antes de que los republicanos decidieran retirarse el 4 de septiembre. La mayoría de aquellos hombres fueron enterrados en fosas comunes en el mismo frente de batalla, conforme iban muriendo, en la playa de sa Coma, al lado de la Punta de n'Amer, donde se ubica la fosa que ahora quieren abrir los gobiernos catalán y balear.

Según el Ejecutivo autonómico, la sepultura principal ocupa una acequia de unos cien metros de longitud. En la zona, que durante la campaña militar fue objetivo prioritario de los bombardeos de la aviación italiana que apoyaba al bando nacional, hay otras fosas ya estudiadas y documentadas.

Tareas de dignificación

Hace dos años, la consellera de Cultura en aquel momento, Fanny Tur, y el conseller de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, visitaron la fosa común de sa Coma y se comprometieron a realizar todas las actuaciones necesarias para la localización, reparación y dignificación de las víctimas. Ahora, su apertura podría estar más cerca.

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