El Govern organizó este domingo un acto de homenaje a Joan Ferrà y Cristòfol Barceló, ambos residentes en Galilea y víctimas del fascismo, que fueron asesinados en agosto de 1936 y enterrados en la fosa común del cementerio de Calvià.

La jornada se inició a las diez de la mañana con la Caminada per la Memòria, que salió desde el núcleo de Son Font, en Calvià, para llegar a mediodía al cementerio de Puigpunyent, donde se celebró el acto institucional, que contó con la presencia de los familiares de las víctimas. En esta ocasión, la ruta fue en sentido contrario a las caminatas reivindicativas que se hacían para reclamar la apertura de las fosas. El destino final, este domingo, fue el cementerio de Puigpunyent.

Los cargos políticos estuvieron representados por la consellera de Administraciones Públicas y Modernización, Isabel Castro; el secretario autonómico de Memoria Democrática, Jesús Jurado; y el director general de Memoria Democrática, Marc Herrera. También participaron los alcaldes de Calvià y de Puigpunyent, Alfonso Rodríguez y Antoni Marí, respectivamente, así como representantes de Memòria de Mallorca y el historiador Manel Suárez, encargado de la investigación histórica sobre la fosa de Calvià.

Durante los parlamentos, la consellera Isabel Castro agradeció el compromiso y esfuerzo de todas las personas e instituciones que desde la pasada legislatura trabajaron para la recuperación de la Memoria Democrática y señaló que, como sociedad, "nos podemos sentir orgullosos por no mirar hacia otro lado y por no olvidar a todas aquellas personas que perdieron su vida por defender la libertad".

El secretario autonómico de Memoria Democrática, Jesús Jurado, aseguró que "tenemos la clara obligación de estar junto a las víctimas del franquismo, porque su honor y su dignidad no les fueron nunca reparados". Añadió que "los asesinos de Joan y Tòfol nunca fueron juzgados; es más, el día siguiente se atrevían a alardear de sus muertes. Actos como el de este domingo nos tienen que servir para que, como sociedad, reivindiquemos a las víctimas y denunciemos a sus verdugos"

El homenaje se inició con la entrega de los restos de Joan Ferrà a su familia de manos del alcalde de Calvià, en un acto muy emotivo. Durante el acto, la consellera Castro y el secretario autonómico Jesús Jurado entregaron a la familia el certificado de víctima del franquismo de Joan Ferrà. El homenaje finalizó con una ofrenda floral.

Cabe recordar que esta es una de las dos víctimas, junto con Juana Baño, que se han podido identificar hasta la fecha a partir de los restos localizados en el cementerio de Calvià en octubre de 2018, fruto de las intervenciones llevadas a cabo por la Sociedad Aranzadi dentro del Plan de Actuación de Fosas de 2018, impulsado por el Govern.

Hasta hoy, en Balears se ha intervenido en trece fosas, se han recuperado los restos de unos 70 cuerpos y se han identificado 25 víctimas de la represión franquista gracias a los análisis de ADN y la realización de estudios antropológicos.

Natural de Puigpunyent, Joan Ferrà vivía en Galilea. Casado y con dos hijos, era jornalero de profesión. Tenía 36 años cuando, días después del alzamiento militar, fue detenido y trasladado a Palma para ser liberado pocas horas después. Tal y como describe el historiador Manel Suárez, Joan Ferrà "era un hombre inquieto y republicano, miembro de la Casa del Pueblo de Galilea, y al volver al pueblo no quiso esconderse". "Por qué lo tengo que hacer, si yo no he hecho nada", respondía a todos los que le recomendaban que buscara un refugio seguro.

El 23 de agosto de 1936, Gabriel Pujol, Pere Joan Alcover, Tòfol Barceló y Joan Ferrà fueron conminados a presentarse a la Casa del Pueblo, ya en manos de la Falange. Subieron al camión que los tenía que llevar a Palma, pero el vehículo se dirigió a Calvià y en el km 15,7 de la carretera de Palma el vehículo se paró y los hicieron bajar encañonados por los fusiles con la intención de asesinarlos. Dos de ellos escaparon, pero Ferrà y Barceló fueron abatidos y enterrados en el cementerio de Calvià.