Campanet se ha conectado este miércoles a la nueva conducción de agua potable que se ha ido construyendo por fases desde los pozos de sa Cova, situados en el Pla de Tel.

Las obras han sufrido algunos avatares desde que fueron proyectadas la pasada legislatura. Una de las dificultades fue que se obvió un informe de Sanidad, lo cual retrasó el proyecto y después ha tenido que adaptarse a las prescripciones de las autoridades sanitarias.

Esta nueva conducción mejorará el servicio a la población pero "no resolverá totalmente los problemas de suministro que padece", asegura la alcaldesa, Rosa Bestard. El principal problema de la red de Campanet es que el agua se inyecta a alta presión debido a que desde los pozos hasta el depósito de Son Apacs existe un pronunciado desnivel. Está presión ocasiona muchas roturas debido a la antiguedad de las conducciones.

Precisamente este miércoles, que el pueblo se ha conectado a la nueva tubería, en el llogaret de Ullaró, que dista unos 2,5 kilómetros del núcleo principal, se ha producido una rotura que ha impedido el servicio durante casi todo el día.

Campanet tiene además una red de suministro en rústico con unos 40 kilómetros de conducciones. Bestard explica que "un servicio así requiere un mantenimiento costoso y complicado. Nos queda mucho trabajo por delante pero vamos haciendo".

La conexión que se llevó a cabo ayer estaba prevista para hace una semana pero tuvo que retrasarse porque la tubería pasa por el torrente de Sant Miquel y éste desaguaba de forma abundante. Se ha tenido que esperar para comprobar que no había fugas.