La velada de anoche en el barrió barcelonés de Gràciaun año más, y ya van veintiocho ediciones. El fuego de los foguerons poblers caldeó el barrió, acompañado por los sonidos de las xeremies y las ximbombes.

El fin de semana ha sido totalmente pobler y mallorquín, con las gloses de Mateu Xurí, de Santa Margalidra, y los sones y bailes de la agrupación Cofre Antic, de Inca, entre otros representantes de la cultura popular isleña desplazados al popular barrio barcelonés.

El punto álgido de la fiesta tuvo lugar anoche con el desfile de gigantes y dimonis, integrando a los poblers con los catalanes; pero especialmente con el encendido de foguerons a partir de las 21:30 horas.

Como es tradicional, los dos oficiales fueron los de la plaça del Diamant y de la Virreina. Pero no desmerecieron los particulares de vecinos en la calles próximas.

Los botifarrons, las sobrasadas, e incluso alguna espinagada hicieron las delicias de los presentes, que los degustaron al amparo del calor de los foguerons.

Calendario festivo

Los vecinos de Gràcia han incluido esta fiesta típicamente mallorquina en su calendario festivo y la han hecho suya. Así se vio anoche en un velada plenamente integradora en la que los muchos mallorquines que se acercaron compartieron alegremente con los lugareños. La fiesta de los foguerons de sa Pobla en Gràcia nació hace 28 años de la mano del dinamizador cultural Antoni Torrens, quien no quiso que sus hijos, estudiantes entonces en la Ciudad Condal, se perdieran la popular revetla santantoniana poblera, e inició lo que ya es tradición en el lugar.

Torrens estuvo presente anoche un año más en los foguerons. Manifestó sentirse "orgulloso y honrado de ver el aprecio y la ilusión con que ha sido acogida aquí nuestra cultura y tradición". Cabe destacar una gran y nutrida representación de poblers en las fiestas, así como otros desplazados desde Mallorca para la ocasión.

Semana de actos

En los días previos, se organizaron otros actos con motivo de la semana santantoniana. Así, la pasada noche del jueves tuvo como protagonista al embutido mallorquín por excelencia, la sobrasada, debidamente acompañada por el botifarró y el camaiot. El bar del Centre Artesà Tradicionàrius acogió una cata de dichos productos que atrajo a unas 200 personas.

Entre los asistentes había muchos estudiantes mallorquines que hicieron un alto en sus tareas para acudir a conversar con otros mallorquines y cenar entre paisanos. La travesía de la calle Sant Antoni, lugar en que se ubica el Tradicionàrius, se llenó el jueves de jóvenes y otros mallorquines llegados ya desde la isla. Tras la cata de embutidos tuvo lugar una glosada popular en el mismo Centre Artesà con glosadors mallorquines, otros catalanes y espontáneos que se sumaron a rimar, con humor y acierto.

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