La historia se repitió ayer en es Capdellàse quedaron otro año sin poder sacar en procesión la talla de Sant Sebastià que está guardada en la parroquia de la pequeña localidad. Aun así, como han hecho en los últimos años, unos 40 residentes quisieron mantener la tradición, portando una imagen de su patrón por las calles del pueblo.

El malestar vecinal se hizo patente cuando se cruzaron con el párroco Antoni Mercant, a quien increparon con gritos de "¡Fuera, fuera!". Cabe recordar que en los últimos años, un grupo de feligreses ha mantenido diferentes controversias con Mercant. Uno de los principales desencadenantes fue su decisión de no dejar sacar la talla del santo para la procesión anual que se celebra por Sant Sebastià, patrón del núcleo. Esa medida, justificada por motivos de conservación, se adoptó en 2016.

El cierre de la iglesia ha sido otro de los factores que ha molestado en los últimos tiempos a los vecinos de esta pequeña localidad. Ese cierre, que se justificó por la falta de feligreses, obliga incluso a que, para celebrar un funeral, los capdellaners se tengan que desplazar al núcleo vecino de Calvià vila. Ayer, se difundió por todo el pueblo una carta escrita por una conocida vecina de es Capdellà

El año pasado, también por Sant Sebastià, un grupo de fieles de es Capdellà pidió explicaciones en persona al obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, por la situación en que se encuentra la parroquia del núcleo.

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