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Patrimonio

20.000 kilómetros de 'marges' en la Serra de Tramuntana

Los espacios bancales representan más del 50% del territorio en municipios como Alaró o Sóller

La 'pedra en sec' , una estampa clave en la Serra de Tramuntana. joan mora

Hace poco más de un año que la técnica ancestral de construcción de marges en pedra en sec fue incorporada a la lista de la Unesco de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Su reconocimiento fue fruto de la labor de distintas instituciones públicas insulares, españolas e incluso europeas, que permitieron elevar a la máxima protección una técnica constructiva ancestral que ha modelado el paisaje rural de Mallorca. La isla es un territorio con una larga tradición de uso de la técnica de la pedra en sec en espacios rurales y también en el ámbito urbano, muy especialmente a lo largo y ancho de la Serra de Tramuntana.

La técnica de la pedra en sec ya estaba presente en Balears en la época prehistórica y existen numerosos vestigios que demuestran un buen dominio de la construcción con este material. De hecho es prácticamente común en todo el mundo, con adaptaciones a la orografía y las características de la piedra de cada lugar, y también está presente a lo largo del proceso de la evolución humana.

20.000 kilómetros

En Balears es en la Serra de Tramuntana de Mallorca donde hace acto de presencia con más insistencia e implicaciones. Se calcula que en este espacio hay alrededor de 20.000 kilómetros de marges. Son grandes extensiones bancales robadas desde hace siglos al bosque y el monte bajo que fueron convertidas en olivares que, al mismo tiempo, han sido de gran utilidad para evitar corrimientos de tierras, la erosión o las inundaciones. Se complementan estas construcciones con los porches, los caminos empedrados, arroyos, escalinatas y un sinfín de estructuras muy resistentes construidas en piedra que supusieron, cuando se crearon, una impresionante transformación del paisaje que ha perdurado hasta nuestros días. Entre las estructuras más emblemáticas de la construcción en piedra está el Barranc de Biniaraix, una escalinata de más de tres kilómetros de longitud que se convierte en el paradigma de las construcciones en piedra sin la utilización de argamasa. Esta larga escalinata que conecta el valle de Sóller está protegida desde hace años con la figura del Bien de Interés Cultural.

Los primeros documentos que hacen referencia a los marges de pedra en sec se localizan en el siglo XIV, un siglo después de la conquista de la isla, pero hay que tener en cuenta que tampoco en otros ámbitos existen demasiados testigos anteriores porque se destruyeron. Sí que hay evidencias de que la cultura anterior, la árabe, usó la técnica de la pedra en sec para crear estructuras rurales, sobre todo las relacionadas con el aprovechamiento del agua. Las fuentes, las sínies, acequias o aljibes más antiguos que se pueden localizar en Mallorca datan de aquella época.

El hambre y la necesidad de cultivar grandes extensiones de terreno propiciaron en la Serra de Tramuntana que sus agricultores ganaran terreno en la montaña mediante la creación de terrazas donde sembrar fundamentalmente cultivos de olivos. Sin miedo al trabajo, los antepasados de los actuales propietarios de los olivares eran capaces de mover y colocar toneladas y toneladas de piedras tan sólo para dar cabida a un olivo más en terrenos donde la tierra era escasa. De esta manera los espacios bancales ocupan el 20% del conjunto de la Serra de Tramuntana y en municipios como Alaró o Sóller representan más del 50% de su territorio.

Se trata de una ingente labor realizada y conservada a lo largo de siglos, pero que hoy decae, porque recuperar un marge o, sencillamente, porque se trata de un terreno abandonado.

Hace aproximadamente medio siglo que estos famosos 20.000 kilómetros de marges de la Serra de Tramuntana se van desmoronando poco a poco, porque cuando se produce un esbaldreg, porque muchos olivares permanecen hoy ya ocultos dentro de los bosques de pinar que han colonizado las antiguas zonas de cultivo, y sencillamente ya nadie va.

Los marges quizás han perdido gran parte de su sentido, pero han ganado otro de forma involuntaria. Piedra sobre piedra se han convertido en una estampa a la que nadie hoy no quiere renunciar y que todo el mundo quiere conservar. El turismo en la Serra no se entendería sin la presencia de estas estructuras de piedra milenarias.

Es imposible saber cuándo se construyó en Mallorca el primer marge. Probablemente el primer marger en realidad construyó una vivienda, utilizando un material más sólido y duradero que la madera y que tenía más a su alcance. Precisamente en Balears hay un impresionante patrimonio talayótico que ha llegado a nuestros días en buenas condiciones y que Menorca también lucha por obtener el reconocimiento de la Unesco.

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