A los pescadores de barcas de bou se les ha acabado la paciencia ante la actitud del Govern con la reforma del puerto de Cala Rajada. Hace tres años, un temporal con fuertes vientos de levante abrió un gran boquete en el muro de contención del puerto. Ante la llegada de la borrasca Gloria cuatro propietarios de embarcaciones han decidido este sábado dejar el puerto gabellí y buscar refugio en Alcúdia ya que cuentan con el apoyo de sus compañeros de pesca profesional.
Y es que los pescadores afectados manifiestan "no poder aguantar más" con la actitud del Ejecutivo balear, que "no realiza las reformas anunciadas inicialmente en el puerto después del desastre sufrido en 2017 que acabó con graves daños en el dique". Los afectados recuerdan que a finales de febrero el Govern anunció una reforma en el dique cuya inversión ascendía a 4,3 millones. Las obras también incluían la construcción de un espigón para controlar la agitación interior y una reordenación de los usos.
Precisamente, el proyecto debería resolver los problemas de usos, de falta de mantenimiento del dique y la agitación interior.
Ahora, los propietarios de las barcas de arrastre denuncian que "las embarcaciones no pueden estar tranquilas en su puerto", lo que conlleva que tengan que pasar "noches de guardia" para vigilar que no sufran daños en caso de tormentas. Y es que, después de los graves daños sufridos en 2017, consideran que en el puerto de Cala Rajada no están seguras y temen por la seguridad de las embarcaciones. Asimismo critican la "pasividad" de la administración ante las obras de reforma prometidas como el rompeolas o los nuevos muros "nunca construidos". "Es muy triste tener que decir que como propietario quiero que mi embarcación vaya a Alcúdia, sentencian.
Unos pescadores preparan la embarcación para llevarla al puerto de Alcúdia. B.C.
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