Manacor celebró sus tradicionales Beneïdes en un ambiente festivo. Sus participantes brindaron a los asistentes momentos entrañables, divertidos y reivindicativos como cuando Miquel de Can Cornet regaló un brote de ruda al alcalde Miquel Oliver para "desinfectar todo esto" tras exponer que el campo esta muy enfermo y reclamar que se debe apostar por el producto balear, una petición que arrancó los aplausos de los asistentes. Incluso hubo un partido de palas para chimenea con el carbón como pelota. "A ver si el año que viene montas una academia", sugirió a la comparsa desde el público.

La bendición animal destacó por sus participantes, la calidad de muchas de las monturas, carros engalanados con mata y flores de papel y mucha presencia de dimonis. No faltó el ball de bot. Y es que algunas de las comparsas se animaron a danzar ante las autoridades. Els amics dels Morers, Sa sínia dels gambossins y Els amics de Sant Antoni se coronaorn como las tres mejores carrozas de las once participantes, unas carrozas decoradas con motivos alusivos al campo, a sus labores y a las tradiciones de la payesía.

Como siempre, entre los animales más significativos, destaca los caballos, los perros y los animales plumíferos. Algunos caballistas exhibieron ante la multitud congregada sus dotes con los caballos y alguna que otra mascota resaltó por su vestimenta como dimonions o pequeños cachorritos payeses. Presentadas por Arnau Martí y Maria Magdalena Vives, las Beneïdes contaron con la Carro de la Colcada que abrió el desfile, la Colla de Dimonis y la Banda Municipal de Música, cuyos músicos aprovecharon la ocasión para ovacionar a su presidenta y subdirectora, Antònia Bassa, muy emocionada de poder haber dirigido Ses Completes.