A las 14.15 horas se abrió una persiana y Manacor estalló en fiesta. Es la puerta del Baciner. El Dimoni Gros hizo su primera aparición y Manacor se rindió a sus pies. Acompañado por dimonions y sonadors llega el primer baile y la revolución santantoniera estalló en todo el municipio. En cuestión de segundos el Sant Antoni de Manacor prendió mecha y la alegría inundó cada rincón del municipio.

En comitiva y escoltados por un gentío se dirigieron a la Plaça del Convent, tomada por una marea de sudaderas negras. La espera fue amenizada con la tradicional sintonía de esta fiesta, el parapapatxim y los cánticos de que boti que boti que boti Manacor, que se fueron alternando con el que boti que boti artanenc es qui no boti. Y es que uno de los momentos insignias del Sant Antoni manacorí es la entrada de Sant Antoni y los dimonis en el salón de plenos, en el que aguardaban las autoridades municipales, además del vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, y la presidenta del Consell, Catalina Cladera.

Como ya es tradición el Dimoni Gros se apoderó del sillón del alcalde, Miquel Oliver. De hecho, durante estos dos días el Dimoni Gros es quien gobierna la ciudad.

Después de la recepción oficial en el Ayuntamiento, los dimonis saludaron desde el balcón municipal a la muchedumbre santantoniera. Acto seguido, la música volvió a reinar a pie de calle. El baile de los dimonis y Sant Antoni es sinónimo de fiesta. Los grandes protagonistas de la jornada retomaron sus danzas ante el consistorio. La comitiva emprendió su recorrido visitando el centenar de foguerons que en esta revetla tomaron la capital del Llevant, que culminó con la visita a la residencia de personas mayores.

Pero la bauxa manacorina empieza mucho más pronto. Durante toda la mañana, se fueron confeccionando el centenar de foguerons que llenaron de luz y fiesta la revetla de Sant Antoni. Más de 20 eran auténticas obras de arte.

Una nueva etapa de la fiesta empezó a las siete de la tarde con la Colcada. El carro engalanado y sus dos mulas, la Colla de dimonis, Sant Antoni, los miembros del Patronat, los representantes municipales y la presidenta Francina Armengol, entre otras autoridades, se citaron ante el Ayuntamiento para iniciar la Colcada, a la que siguieron la banda de música y los vecinos de Manacor. Todos juntos pusieron rumbo hacia la parroquia de Els Dolors, que se llenó con muchos de los manacorins y manacorines que acudieron a los ensayos de este canto litúrgico en latín que este año por primera vez incorpora el catalán en sus estrofas. Fueron unas Completes de lo más interrumpidas. Unas cuantas veces se pidió que se guardara silencio. Después, un paso más hacia la igualdad. La presidenta y subdirectora de la Banda de Música, Antònia Bassa, asumió la batuta para dirigir los Goigs de Sant Antoni, que hicieron vibrar la iglesia. Hasta el momento, es el papel de mayor calado público que asume una mujer en las fiestas de Sant Antoni. De forma pararela, los colectivos feministas y los que apoyan la participación activa de las mujeres en el baile de dimonis, ofrecieron en la plaza de Sant Jaume los reivindicativos bailes de dimònies.

Y a las 20 horas, el Dimoni Gros salió a la plaza de la Rectoria para encender el primer fogueró. Una traca de petardos indicó que las más de cien hogueras podían encenderse y de este modo el fuego, las gloses, las torrades y la fiesta iluminaron las calles de Manacor durante la revetla de Sant Antoni, que transcurrió entre fuertes medidas de seguridad.