Pura devoción. Sant Antoni en Artà es un verdadero "sentimiento". Camisas blancas, pañuelos rojos y muchas, muchas ganas de vivir la fiesta y seguir a los dimonis a ritmo del tatatxin y con unos músicos incombustibles que brindan una sentida banda sonora.

Puntuales a la cita los artanencs y artanenques son de lo más madrugadores. Tras la tradicional merienda en la Casa des Trull, este año en ca l'Obrer Miquel Cursach que pasa el testigo a su hijo Miquel, a las nueve en punto ha explotado la emoción con la apoteósica salida de los dimonis, Biel Ferriol (que estrenaba vestido nuevo) y Xisco Sansó, Mosca Júnior [vea aquí las imágenes].

Y desde el minuto uno, la revolución santantoniera y el entusiasmo colectivo se han apoderado de las calles de Artà.

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