Capdepera celebró ayer su tradicional picarolada, un acto más dentro de los festejos de Sant Antoni, que cada año organiza la Obreria gabellina.

La iniciativa surgió hace un década para fomentar una vieja tradición en la que la semana antes del 17 de enero grupos de jóvenes salían a la calle por las distintas barriadas haciendo sonar los cencerros, cuyo sonido poco después recibía contestación de otros jóvenes de calles cercanas.

Actualmente, este acto se celebra en un solo día, el 15 de enero, y después de una concentración en la plaza de l'Orient se inicia un recorrido por las céntricas calles, hasta llegar a la Casa de na Vergera, la obrera mayor, donde se aprovecha para realizar los primeros cánticos y dar el pistoletazo de salida a los festejos santantonians.

Al finalizar el acto, la Obreria sirve chocolate y coca para todos los asistentes. En total se prepara cerca de un centenar de litros de chocolate. Desde hace unos pocos años también se ha incorporado un combat de glosat que se celebra una vez finalizada la picarolada en el teatro de Capdepera. Los festejos seguirán hoy con la salida de los dimonis de cochera de Ca na Vergera.