La noche del pasado viernes tuvo lugar el acto de Benvinguda al Clamater, reconocimiento que este año recayó en la persona del científico Antoni Celià Terrassaeste año recayó en la persona del científico Antoni Celià Terrassa. Fue un multitudinario acto festivo y a la vez emotivo, especialmente en el momento en que Toni salió al portal de su domicilio familiar para recibir el relevo de manos del clamater de 2019, Bartomeu Mir, que le hizo entrega de un ramo de mirto, simbología de las Completes de sa Pobla.

P ¿De quién recibió la noticia de que había sido elegido 'clamater'?

R De Pep Pons, de la Obreria de Sant Antoni. Me llamó unos días antes de hacerlo público para asegurarse de que podría estar en sa Pobla el día de la revetlla de Sant Antoni, ya que al residir en Barcelona tenían que asegurarse de mi presencia en las Completes. Sé que normalmente no se avisa con antelación.

P ¿Qué supone para usted esta distinción?

R El clamater es una figura que representa la identidad de nuestro pueblo, su fuerza y su espíritu, no solo festivo, sino también trabajador y con carácter. Por tanto, como hijo de sa Pobla es para mí un gran honor y una responsabilidad haber sido elegido por el pueblo y la Obreria para representar el alma de mi población en una fiesta tan sentida por todos los poblers.

P En menos de dos años, Escut d'Or de la Villa de sa Pobla, Premio de Investigación Diario de Mallorca y ahora 'clamater'. ¿Suficiente para sentirse profeta en su tierra?

R La verdad es que no sé como agradecer tanto cariño y aprecio a todos los que me han obsequiado con estas distinciones, especialmente los poblers y pobleres. Sa Pobla es un pueblo que sabe valorar a su gente y así lo ha demostrado siempre y espero que siga siendo así. En mi caso no puedo pedir más y es un gran orgullo sentirse tan apoyado por la gente que te importa y te ha visto crecer. La carrera investigadora no es fácil y en los momentos duros el apoyo de la gente que te rodea te da mucha fuerza moral para seguir adelante.

P En una entrevista concedida a este periódico cuando trabajaba en New Jersey manifestó que una de las cosas que más añoraba de su pueblo era el embrujo especial de las fiestas de Sant Antoni. ¿Buscará tiempo este año, además de vivir emocionado las Completes, para saborear estas fiestas tal como desearía?

R Este año nos hemos podido organizar para estar toda la semana en sa Pobla y me hace especial ilusión porque incluso los días sin grandes eventos son emocionantes, pues se percibe la ilusión y emoción de las fiestas. Además será el primer año para mi hija pequeña y el segundo para la mayor. Y es que esta fiesta ya atrae a los niños desde muy pequeños.

P Sus estudios fuera de la isla y el ejercicio de su profesión en Estados Unidos, le han privado de vivir muchos Sant Antonis. ¿Cómo lo vivirá este año?

R Sí, he estado lejos muchos años. Esta es una fiesta con mucho sentimiento y en mi caso siempre me ha emocionado mucho, por su autenticidad, tradición y símbolo de nuestra identidad. Estar lejos un día como la nit bruixa de Sant Antoni remueve un poco el estómago, es difícil de explicar. Así que este año espero vivirla de una forma muy especial y poder recuperar parte de los años perdidos. Será un año único para mí, para mi familia y amigos.

P ¿Qué le pareció la fiesta de 'Benvinguda al clamater' que le tributaron el pasado viernes?

R Fue una gran sorpresa y es solo el segundo año que se celebraba. La verdad es que me emocionó ver tanta participación y gente del pueblo que quiso sumarse al acto. Además, justo acababa de llegar de Barcelona, lo cual hizo incluso más pictórico el acontecimiento. Solo puedo responder a ello con un sincero agradecimiento a toda la gente que vino, a pesar del frío y el viento.

P Pregunta obligada al Toni Celià científico. ¿Qué les diría a las muchas mujeres que luchan contra un cáncer de mama?

R En general, les doy mucha fuerza, que es necesaria y muy importante para no decaer. Las buenas noticias son que los índices de supervivencia aumentan progresivamente y esperemos que aumenten radicalmente en los próximos años, sobre todo para la enfermedad metastásica, que es la más delicada y para la cual nosotros trabajamos con mayor dedicación.