Ni el mal tiempo ni la lluvia consiguieron callar la plaza de la Concòrdia en el ensayo de los Goigs de Sant Antoni. Pasadas las diez de la noche, un cohete anunció que la fiesta empezaba.

Los integrantes de la banda de música, resguardados en la cochera que este día ocupa el Patronat de Sant Antoni, cogieron sus instrumentos y una muchedumbre se acercó al fuego para cantar la estrofa que en Manacor es sinónimo de fiesta grande. "Siem devots de bon cor/ d'aquest sant prodigiós/ pagesos i conradors/ i vilans de Manacor". El éxito de este acto se mide año tras año por la gran cantidad de gente que no necesita chuletas para cantar la letra de los goigs.

Aun así, el Patronat sigue repartiendo octavillas para que los que todavía no se saben todas las estrofas puedan aprenderlas. Y de este modo los músicos que rodeaban el fogueró repitieron la tonada hasta que todo el mundo cantó tanto como quiso.

'Torrada' y 'Ximbombada'

El mal tiempo sí que deslució, en parte, la torrada previa al ensayo de los goigs. Pero no faltaron los incondicionales santantoniers que llenaron las torradores de botifarrons, llonganissa, pan o panceta. Unas torradores que también calentaron a muchos de los que esperaban poder cantar en el ensayo.

Y con la barriga llena muchos de los asistentes a la fiesta agradecieron el vino, la mistela y las herbes que el Patronat de Sant Antoni ofreció a todo el mundo. Pero la torrada y el canto de los goigs no saciaron las ganas de fiesta a muchos de los que acudieron al acto. Después del ensayo, las ximbombes y las gloses cogieron el relevo para rendir homenaje a la parte más crítica y ancestral de la fiesta.