Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Lletra menuda

La transformación de los usos residenciales

El turismo de interior ha supuesto un verdadero boom en los últimos años en Mallorca. Exprimida la costa, los visitantes más selectivos y sin adicción al sol y playa, se instalan ahora por igual en fora vila y en los pueblos tradicionales. La proliferación de viviendas vacacionales y hoteles de interior se ha plasmado en un verdadero revulsivo, primero para la construcción y después para los servicios y el comercio local de cada lugar.

El turismo de interior ha alegrado la economía de muchos municipios privados ya de industrias y explotaciones locales. Supone también una vuelta de tuerca más sobre el peligroso monocultivo del ocio ajeno como fuente de ingresos. La confluencia de la alta demanda y oferta ha propiciado una regulación que se había hecho imprescindible y manifiesta ya los primeros síntomas de agotamiento.

Dicho esto, conviene plantearse también si el turismo de interior altera y deforma la vida cotidiana y la identidad de los pueblos que han visto en él un nuevo maná. La proporción es casi igual en todas partes, pero 652 plazas de alquiler vacacional y 102 viviendas adaptadas para ello, parecen cifras peligrosas para el Binissalem que conocemos y que necesita salvar su identidad. Posiblemente el límite deba situarse en la convivencia estable de residentes permanentes y ocasionales.

Compartir el artículo

stats