Los análisis de ADN de los restos humanos hallados durante el proceso de exhumación de las fosas de Marratxí y Calvià han confirmado la identidad de dos personas asesinadas en 1936. Se trata de Miquel Marquet Perelló, natural de Pollença y exhumado en septiembre de 2018 en la fosa de Marratxí, y Joan Ferrà Ferrà, vecino de Puigpunyent que fue encontrado en octubre del pasado año en la fosa de Calvià.

La dirección general de Memoria Democrática, dependiente de la conselleria de Administraciones Públicas y Modernización, entregará los restos a las familias de los represaliados a principios del próximo año durante un acto "de agradecimiento por su constancia y lucha". Finalmente, estas familias podrán dar un entierro digno a sus parientes asesinados por el fascismo en 1936.

Las dos identificaciones, que han sido posibles gracias a las pruebas de ADN realizadas por la Sociedad Aranzadi a partir de las muestras aportadas por los familiares de los dos represaliados, se suman a las otras 19 víctimas que han sido exhumadas e identificadas por parte del Govern (18 casos) y Memòria de Mallorca, UIB y ayuntamiento de Sant Joan (otros tres casos).

Los casos

Miquel Marquet Perelló, hallado en la fosa de Marratxí, era un socialista de Pollença casado con cuatro hijos. Según explicó su familia, estuvo escondido durante un mes, aunque finalmente se entregó porque los falangistas amenazaron con detener a su mujer si no aparecía. Fue trasladado junto a otros dos hombres hacia la prisión de Can Mir de Palma, pero nunca llegaron a su destino. Días después, un conocido informó a su mujer de que había visto el cadáver de Miquel en el cementerio de Marratxí.

Según las diligencias judiciales, lo encontraron muerto con muchos impactos de bala el 22 de agosto de 1936, junto a los otros dos hombres. El juez, en contra de los informes médicos, certificó la causa de la muerte como un accidente.

Por su parte, Joan Ferrà Ferrà, de Puigpunyent, vivía en Galilea junto a su esposa y sus dos hijos. Era jornalero y tenía 36 años cuando el 16 de agosto de 1936 fue detenido por falangistas de Calvià y Andratx, que debían trasladarlo junto a otros detenidos a Palma, aunque pararon el vehículo en el kilómetro 15,7 de la carretera Palma-Calvià con la intención de asesinarlos. Dos de los cuatro hombres lograron escapar, pero Joan Ferrà y Cristòfol Barceló fueron fusilados allí mismo. Era el 23 de agosto del 36. Desde entonces, sus familias no han parado de buscar los cuerpos.

Por otra parte, el Govern informó ayer de que estas identificaciones forman parte del plan de exhumaciones 2018-2019 y que actualmente está en proceso de adjudicación el plan 2019-2020, que prevé actuaciones en ocho municipios. "Queda mucho por hacer, pero tenemos que celebrar que cada vez más familias saben qué pasó con sus parientes desaparecidos", señaló el secretario autonómico Jesús Jurado.

El acto de entrega de los restos a sus familiares contará con la participación de los ayuntamientos de los municipios donde se han practicado las exhumaciones y también de los municipios de donde eran naturales los dos represaliados identificados.