Fin del debate. El Servei de Salut del Govern (Ib-Salut) confirmó ayer que el futuro Punto de Atención Continuada (PAC) de Pollença se ejecutará en el solar de Can Conill. El "acuerdo", según el Govern, se adoptó ayer durante el transcurso de una reunión en Palma a la que acudió una delegación pollencina encabezada por el alcalde Tomeu Cifre (Tots per Pollença) y a la que se sumaron cuatro técnicos municipales que tenían el objetivo de defender la alternativa de Can Bach, preferida por el actual equipo de gobierno.

Sin embargo, según denunció el propio Cifre al finalizar la reunión, los técnicos no pudieron explicar sus argumentos porque la decisión de construir el centro de salud en Can Conill "ya estaba tomada". "Es una decisión política, no técnica", denunció el alcalde.

El director general del Servei de Salut, Juli Fuster, explicó a este diario que la reunión había sido "satisfactoria" porque "el objetivo es construir el PAC lo más rápido posible". El próximo paso es la realización del estudio geotécnico del solar el próximo mes de enero, mientras que el estudio de arquitectura ganador del concurso sigue con la redacción definitiva del proyecto.

Fuster apuntó que se ha optado por el solar de Can Conill, cedido por el Ayuntamiento en la anterior legislatura, porque el cambio de solar implicaría una tramitación más lenta. Según el Ib-Salut, en caso de elegir Can Bach se debería realizar una nueva licitación y contratación del proyecto, lo que se traduciría en varios años de retraso por diversos motivos. "Pollença no puede esperar más tiempo", según Fuster.

El Ib-Salut espera que la licitación de la obra se produzca entre abril y mayo de 2020 y que la primera piedra se podría colocar a principios de 2021 para inaugurar el edificio sanitario "antes de 2023". La inversión rondará la cantidad de 1,8 millones de euros. El nuevo centro multiplicará por tres la capacidad del actual, contará con 24 consultas y funcionará de forma íntegra con energías renovables.

La decisión del Ib-Salut no satisface al actual equipo de gobierno, que en octubre había cedido la parcela de Can Bach para el mismo fin. "La decisión ya estaba tomada, no tenemos nada que hacer y no hay alternativa, no nos queda más remedio que pasar por el tubo", se resignó el alcalde Cifre, molesto por la "unilateralidad" de la decisión.

En cualquier caso, el regidor aseguró que no pondrá trabas al Govern: "No hipotecaremos la salud de los pollencins solo porque el PSOE no haya querido cumplir la voluntad popular, tanto del pleno como de las firmas presentadas a favor de Can Bach". Cifre anunció que solicitará una reunión con la presidenta Francina Armengol para exponerle los perjuicios que esta decisión causa en Pollença.