El gobierno municipal de Calvià, formado por PSOE y Podemos-Més, aprobó este miércoles el presupuesto de 2020, que ascenderá a 100,8 millones de euros. Una cifra que se prestó a diferentes interpretaciones entre los grupos políticos. Donde el equipo de gobierno vio unas cuentas que priorizan el interés ciudadano, con mayor inversión social, la oposición advirtió de que, un año más, la presión fiscal se mantiene en detrimento de los vecinos.

En un pleno extraordinario, el gobierno municipal aprobó sin mayores sobresaltos los presupuestos que serán la guía para una “legislatura progresista que situará a las personas en el centro de las políticas”, según destacó el teniente de alcalde de Transparencia, Innovación y Servicios Económicos, Marcos Pecos. PP, Ciudadanos y Vox votaron en contra.

En una detallada intervención, Pecos desgranó las claves de las cuentas del año que viene, como la inversión total de más de ocho millones de euros, con los que, entre otras obras, se financiará la reforma del paseo marítimo de Magaluf y la fase inicial de la conexión del Passeig entre El Toro y Santa Ponça.

Enfatizó también la apuesta por las políticas de vivienda, con el aumento de las ayudas al alquiler y el impulso a las subvenciones para la compra. Y anunció novedades como la creación de una brigada de mantenimiento para las escuelas del municipio.

“Es hora de bajar impuestos”

La oposición coincidió en realizar una crítica unánime a la política fiscal del equipo de gobierno, que no contempla ninguna bajada de impuestos como puedan ser el IBI o el de construcciones, instalaciones y obras. “Las cuentas están más que saneadas teniendo superávit y un remanente de 40 millones. Es hora de bajarlos. Es hora de que den respiro a calvianers y les devuelvan una parte del esfuerzo fiscal que han hecho”, expuso la portavoz de Cs, Gaël Thyus, quien equiparó esta política con la figura de un “Tío Gilito que se bañaba en sus millones, pero que no gastaba nada en sus prójimos”.

Desde el Grupo Popular, Luisa Jiménez consideró necesaria una reducción impositiva, al tiempo que censuró que el Ayuntamiento sea una “agencia de colocación”. “El gasto en retribuciones a altos cargos ha subido un 69%”, apuntó Jiménez, quien lamentó también el poco tiempo que ha tenido la oposición para analizar el proyecto presupuestario.

“Apenas cinco días”, dijo. “Con el superávit que tienen, es extraño que no puedan bajar los impuestos. Sería una manera de que el dinero se quedase en los bolsillos de los ciudadanos, sobre todo de las familias, parados, pensionistas, pequeños y medianos empresarios que sufren la estacionalidad”, sostuvo por su parte la portavoz local de Vox, Esperanza Catalá.

Ante estas críticas, el gobierno incidió en que sha aumentado inversiones y servicios a los ciudadanos “sin tocar un solo impuesto”. Así, el alcalde Alfonso Rodríguez Badal defendió su gestión económica. “En 2015, teníamos 60 millones de euros y en cuatro años la hemos reducido un 83%. Hemos pagado 20 millones de deuda en 2019 pasando a nueve. Hemos incrementado el presupuesto aumentando inversiones y servicios, ¿acaso esto es una gestión desastrosa?”, argumentó el alcalde.