Maria Àngela Alzamora, Miquel Calle y Mari Cruz González están en la trinchera de Calvià contra la violencia sexista. Ellos son los tres policías locales que componen la división contra la violencia de género, creada en 2017 y que este año ha sido galardonada con uno de los premios Meninas que reconocen a las personas o entidades que destacan por su contribución en la prevención y erradicación de esta lacra social.

Desde su oficina en el cuartel de la Policía en Son Bugadelles, dan cobertura a mujeres en un nivel de riesgo que está en la banda baja de la gravedad que marca el protocolo oficial Viogén, que en el municipio asume también la Guardia Civil.

Pero eso no significa que esos casos estén exentos de peligro. Un insulto, una amenaza verbal o un control excesivo pueden ser el síntoma de un problema mucho mayor en el futuro. "Estos niveles más bajos son los que presentan más incidencias permanentes", detalla el oficial de la división de Viogén, Miquel Calle, que explica que nunca atienden más de 30 casos a la vez.

"Sintonizar con la víctima"

¿Cómo actúa esta división? Cuando les llega un caso, lo primero, lo primordial, es conocer a la víctima. "Hay que sintonizar con ella, empatizar y darle apoyo como policía", explica Calle. Por eso, siempre van de paisano. En casos como estos, el uniforme marca una distancia entre el agente y la víctima.

También ayuda que dos de las agentes sean mujeres. "Al principio, está claro que eso ayuda. Se sienten más reconfortadas. Pero después eso ya no es tan importante", manifiesta la agente Alzamora, quien recuerda cómo le costó adaptarse en sus inicios en esta división.

"Venía de patrullar la calle y aquí me encontré historias más duras, más humanas. Aquí te llevas el trabajo a casa. Una de las cosas que más me preocupaba era decirle algo a la víctima que no le ayudase", comenta Alzamora.

Entrevistas periódicas

Establecido el contacto con la víctima, los agentes programan unas pautas de entrevistas periódicas en sus domicilios. Procuran que tengan una periodicidad de una al mes. Este año, hasta el mes de septiembre, han efectuado 258 de estas visitas, según informa la Policía Local.

En estos encuentros, los policías explican a las mujeres los recursos institucionales con que cuentan para enfrentarse a esa situación de temor, al tiempo que les dan pautas de autoprotección. "Por ejemplo, que siempre lleven el teléfono encima, con la batería cargada y con el teléfono del 112 guardado preferentemente", explica la agente Alzamora.

Cuando se les pregunta si existe un perfil específico de mujer maltratada, lo niegan tajantemente. "Son de cualquier edad, de todas las condiciones económicas, nacionalidades, culturas...", relata el oficial Calle. En un municipio como Calvià, donde conviven más de un centenar de nacionalidades, las mujeres extranjeras cuentan con un hándicap añadido, como es la falta de una red familiar en la que apoyarse.

Lo remarcable, agrega en todo caso Calle, es que todas ellas tienen un punto en común: "El agresor siempre es un hombre con el que tienen o han tenido una relación afectiva".

Podría añadirse otro rasgo distintivo: no siempre es fácil tomar la decisión de denunciar al agresor. En la división policial de Viogén indican que ya sea por miedo, por dependencia emocional o económica, por un erróneo sentimiento de culpa, en ocasiones hay que realizar todo un trabajo de concienciación para ayudarlas. "De hecho, en las entrevistas que mantenemos con ellas, les ofrecemos si quieren tener ayuda de los Servicios Sociales del Ayuntamiento, que hace una gran labor", declara el oficial de la división, quien destaca asimismo el papel del resto de departamentos municipales.

Charlas en institutos

Los agentes de la división de Viogén de Calvià han empezado también a dar charlas en los institutos. "Cuando les hablas de celos, de actitudes controladoras, ellos saben enseguida de lo que les estás hablando", cuentan. Los agentes de la división inciden en la idea de que de este tipo de situaciones de maltrato es posible escapar. "Conozco muchos casos de mujeres que han experimentado un cambio positivo, de quitarse una carga, sí. La mayoría de las que tenemos van por buen camino", dice la agente González.