Pere Rotger presidirá el patronato Joan XXIII de Inca tras vencer en las votaciones llevadas a cabo ayer en una asamblea caótica en muchos momentos. No obstante, los dos bloques que pugnaban por hacerse con el control llegaron a un acuerdo aún cuando no se conocía el resultado.

Joan XXIII es una institución que trabaja en beneficio de personas con discapacidad psíquica y gestiona nueve centros en la comarca de Inca.

Pere Rotger mantuvo una breve entrevista con Martí Cánaves, representante legal de los socios renovacionistas, en la que el exalcalde se comprometió a consensuar una junta directiva nueva con integrantes de los dos bloques. La conversación se produjo minutos después de iniciarse el recuento, por lo que aún no se conocía el resultado.

El acuerdo se tradujo inicialmente en que ayer quedara pospuesto el nombramiento de los cargos de la nueva junta directiva. En lugar de proclamarse el vencedor, se hará una reunión de la junta entrante en la que se pactarán, en consenso, las personas que la integrarán entre los candidatos de los dos bloques.

Cánaves se comprometió a retirar las demandas e impugnaciones interpuestas si se llegaba a un acuerdo integrador en dicha reunión, y a pactar un programa en el que se diera mayor transparencia y democracia interna.

La asamblea terminó pasadas las 12 horas de la noche; el recuento de votos fue largo y tedioso, teniendo en cuenta de que participaron casi 200 personas y muchas de ellas con un paquete de votos delegados. El orden del día no puedo llevarse a cabo correctamente, pues en el punto tercero se celebraron las elecciones, con lo que la junta saliente quedaba dimitida. Pero el punto cuarto era el de ruegos y preguntas que, obviamente, no podían ser contestadas por la nueva junta.

La sesión registró momentos de tensión ya que se pretendía que los turnos de palabra se concedieran en el apartado de ruegos y preguntas. Muchos integrantes interrumpieron airadamente durante la dación de cuentas o proyectos.

El discurso inicial fue el de la presidenta saliente, Magdalena Corró, quien dijo marcharse sintiéndose "traicionada, manipulada y engañada".

Tras la accidentada votación, en la que tuvieron que habilitarse dos urnas supletorias, pues con una sola urna resultaba muy lento, muchos asistentes abandonaron la sesión cansados. Cabe destacar que había comenzado a las 17.30 y pasaban ya las 23 horas de la noche.