La elevada presión humana que recibe el parque natural de Mondragó (Santanyí provoca que el Govern tenga que actuar tomando medidas correctoras para no dañar el ecosistema natural de la zona protegida y evitar que los mallorquines dejen de acudir al parque por la masiva presencia de turistas. Un estudio encargado por la conselleria de Medio Ambiente, al que ha tenido acceso este periódico, analiza la capacidad de carga del parque y deja a las claras esta saturación que sufre Mondragó: más de 400.000 personas al año, casi 100.000 vehículos y más de 40 embarcaciones fondeadas al día.

Un dato muy revelador que estudia Medio Ambiente es que los mallorquines huyen de Mondragó a consecuencia de la masificación, y los alemanes son, con mucha diferencia, la nacionalidad que más lo visita. El pasado año, 76.645 alemanes fueron a Mondragó y tan solo 22.871 residentes en Balears.

Estas cifras demuestran que una zona natural como la de Santanyí está siendo disfrutada, esencialmente, por los turistas en verano. Es más, el número de españoles que en 2018 visitaron Mondragó fue de 57.108, casi 10.000 menos que alemanes. Pero es que el parque también recibió 42.268 británicos, 14.686 franceses y 31.470 turistas procedentes de otros países, según datos de las visitas al centro de interpretación. En concreto, 165.000 extranjeros por 57.108 españoles, de los cuales solo 22.871 eran residentes en Balears. A todo ello hay que unir la gente que lo visita sin pasar por el centro de interpretación y las llegadas en las golondrinas, que llevan a bordo esencialmente también a turistas extranjeros. En este sentido, el estudio de Medio Ambiente analiza la capacidad de acogida social y psicológica, el parámetro que mide cuándo un equipamiento ofrece una experiencia satisfactoria al visitante. El resultado es "una bajada de visitantes mallorquines, ya que Mondragó en temporada alta está demasiado lleno para que se convierta en un atractivo para los isleños que anteriormente acudían de forma mucho más asidua", suscribe el estudio.

Medidas de gestión

Por este motivo, y vista la necesidad de modificar y actualizar el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de Mondragó, la conselleria de Medio Ambiente del Govern está estudiando medidas para regular el uso público y así minimizar el impacto de la presión humana que sufre una de las zonas naturales más emblemática de Mallorca. Serán medidas de gestión, como las aplicadas en es Trenc, donde se pasó de 1.900 hamacas y sombrillas a 347. Se estudiarán limitaciones de visitantes y de estacionamientos, así como de frecuencias de las golondrinas en las calas del parque y los fondeos de embarcaciones, muchos de ellos sobre posidonia, de la cual Mondragó cuenta con praderas importantes.

El estudio de capacidad de carga elaborado por técnicos especialistas de Medio Ambiente detalla los problemas de cada una de las zonas del parque natural. A nivel general apunta que la frecuencia masificada de visitantes "impide la formación de dunas pioneras y se desplaza la arena de un lugar a otro".

Esta situación de alarma de los recursos naturales detectada por Medio Ambiente contrasta con las pretensiones del ayuntamiento de Santanyí de seguir ampliando aparcamientos para los visitantes a Mondragó.

En concreto, el estudio habla de 96.492 vehículos anuales en los aparcamientos oficiales, más otros 700 vehículos que aparcan en "alegales" como caminos, carreteras colindantes e incluso dentro del bosque. Todo ello hace que, unido a los visitantes que llegan en golondrina, la presencia de personas en Mondragó alcance las 408.857 al año. Esta última cifra sale de calcular el número de vehículos por 2,9 personas cada uno.

El análisis también revela que la presión que sufre Mondragó "sobrepasa" los parámetros aconsejables con los aparcamientos actuales. Asimismo, los visitantes de las calas de Font de n'Alis y del litoral rocoso han provocado "el estancamiento de la presencia de aves en las zonas húmedas y se constatan perturbaciones a causa de la presencia masiva de visitantes". Las tormentas y la instalaciones artificiales de bares están "salinizando y secando la zona húmeda de Font de n'Alis", añade.

En el caso de s'Amarador, explica el estudio que la presencia frecuente de bañistas y de bicicletas de montaña "impide que se restablezca un perfil de duna y vegetación perfecta, siendo muy difícil solucionar este problema por la presencia humana que entre mayo y septiembre es masiva".

Un dato concreto que aporta el análisis científico es que la playa de s'Amarador, la más importante del parque natural de Mondragó, se ha acortado unos 40 metros en poco más de 10 años y relata cómo la arena se extiende por los caminos colindantes como uno de los efectos más nocivos de la excesiva presencia humana.

Las limitaciones que propone

La presencia masiva de visitantes es el principal factor de presión de Mondragó, apunta el estudio. "Es preciso hacer todo lo posible para no incrementar la presión existente, especialmente en temporada alta, y corregir los efectos que esta presión humana provoca sobre el medio ambiente y el disfrute de los visitantes", añaden los técnicos ambientales.

Por este motivo proponen toda una serie de medidas correctoras para garantizar la conservación de la zona protegida. La primera de ellas es no incrementar el número de aparcamientos oficiales, ni tampoco las autorizaciones en Font de n'Alis, Camí de Can Cano, s'Amarador, así como aplicar medidas de control en los aparcamientos incontrolados. También abogan por incrementar frecuencias de bus entre Cala d'Or y el parque para reducir la presencia de vehículos.

De igual modo, proponen limitar o incluso prohibir la llegada de visitantes mediante golondrinas, impedir que vehículos accedan hasta Font de n'Alis para recoger bañistas y estudiar la posibilidad de eliminar el restaurante fijo de Font de n'Alis o sustituirlo por uno de móvil.

Otra de las medidas drásticas que recomiendan es limitar la llegada de embarcaciones que fondean en las calas de Mondragó. Aconsejan alejar el límite de atraque y vigilar que las embarcaciones no se ubiquen en puntos que afecten a los fondos de posidonia. En este sentido, llaman a incrementar de forma especial la vigilancia para hacer cumplir todos estos parámetros y, si es preciso, aplicar las sanciones correspondientes.

En el caso de los fondeos es cierto que Medio Ambiente no tiene la competencia. No obstante, desde la Conselleria explicaron que desde el momento en que está en vigor el decreto para la conservación de la posidonia ellos puedan actuar mediante sus equipos de vigilancia.