En la antesala del invierno y en un paréntesis de las lluvias de los últimos días, la part forana disfrutó un domingo de ferias para todos los gustos, aunque, como suele suceder, con el punto en común del toque gastronómico. Así, sa Pobla festejó la quinta edición de la Fira d'Arròs Pobler i sa Marjal.

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Las calles de esta localidad recogieron una amplia oferta de expositores agroalimentarios, en los que participaron productores de arroz, vino, aceite... Participaron también las empresas exportadoras de patatas así como las compañías comercializadoras de productos agrícolas. Además de estas exposiciones, hubo estands de maquinaria agrícola y de vehículos. No faltaron tampoco otros atractivos, como el mercadillo artesanal o una muestra de coches clásicos y otra de herramientas antiguas del campo. Uno de los eventos centrales tuvo lugar en la Plaça Major, donde se elaboró un gran caldero de arròs brut, que sirvió para recoger fondos en beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

En Bunyola, mientras, se celebró ayer una nueva edición de su feria, renovada este año bajo el lema ' Bunyola, poble de muntanya'. A pesar del viento, numeroso público participó en las actividades programadas. Especialmente emotivo fue el homenaje a los talladors de pins bunyolins campeones de España en la década de 1950. Durante la mañana hubo numerosas actividades relacionadas con la montaña, además de la actuación del grupo vasco Ortuellako Polunpak Taldea. Los actos de la feria finalizaron por la noche con las tradicionales focateres de Santa Catalina.

Homenaje a los 'talladors de pins' de Bunyola. J.M.

Por su parte, Mancor de la Vall celebró el día grande de 'Biniarrels' con xeremiers, baile popular en Son Morro y una muestra de fuegos artificiales.