La comunidad educativa del colegio público Ses Comes de Portocristo se muestra satisfecha por la decisión de la conselleria de Educación de rescindir el contrato a la constructora que ejecutaba las obras de ampliación del centro, por sus continuos incumplimientos. También, por el anuncio de la licitación por vía de urgencia de un nuevo contrato con otra empresa, con el objetivo de que las obras que pondrán fin a diez años de presencia de aulas modulares puedan finalizar antes del inicio del próximo curso.

En este sentido, la directora del centro educativo, Maria Hernández, calificó ayer de buena noticia la rescisión del contrato a la constructora porque, en caso contrario, "nos hubiera dejado tirados y el caso hubiera acabado en los tribunales". Hernández confía en el compromiso de la conselleria de Educación de que las obras se reanudarán por parte de otra empresa el próximo mes de enero. "Esperemos que los plazos se cumplan", añadió.

La directora de Ses Comes admite que la situación ideal sería que las obras de ampliación "no se hubieran parado", porque "ya habíamos adaptado el día a día del colegio a las obras y esperábamos las nuevas aulas para el próximo mes de marzo".

Aulas modulares

El centro educativo mantiene cuatro aulas modulares en las que cursan sus estudios unos 80 alumnos de cuarto y sexto de primaria. Las obras de ampliación ahora paralizadas tienen el objetivo de habilitar nuevas aulas para estos alumnos para retirar de forma definitiva los barracones, dos de los cuales "están en mal estado", según la dirección del centro, aunque está previsto que a corto plazo uno de ellos sea sustituido por otro más nuevo.

A pesar de las incomodidades propias de unas obras de esta dimensión, la directora de Ses Comes asegura que el funcionamiento del centro ha convivido con los trabajos de ampliación sin grandes problemas. "Estábamos adaptados, la obra está vallada con un perímetro de seguridad".

Por su parte, la presidenta de la asociación de madres y padres de alumnos (Amipa) de Ses Comes, Aina Maria Capó, explica que el colectivo "ve muy bien" que el Govern haya rescindido el contrato a la empresa, si bien admite que hay padres "muy enfadados" con la situación, ya que hace años que la comunidad educativa lucha para conseguir la ampliación y ahora, con la paralización de las obras y la puesta en marcha de una nueva licitación, el proceso se volverá a interrumpir. "Nos toca esperar, estaremos muy alerta para que se cumplan los plazos porque hace años que estamos así", apunta Capó.

A pesar de empezar a ver la luz al final del túnel después de varias semanas de preocupación tras comprobar que las obras se habían paralizado, la Amipa se muestra crítica con una situación que "viene de largo" en la que no han faltado los compromisos incumplidos. "En 2017 nos dijeron que quitarían los barracones y ahora tenemos cuatro; además, las obras de ampliación tenían que empezar el pasado mes de junio y no empezaron hasta septiembre, con el inicio del curso, provocando mucho ruido y quejas de los docentes", dice la portavoz, que también destaca la "falta de espacio" del centro.

Según denuncia, las aulas modulares "están en muy mal estado porque han acabado su vida útil; hay goteras y problemas de electricidad". De momento, la Amipa se mantendrá vigilante antes de pensar en nuevas movilizaciones.