Un año más, la Plaça del Bestiar de Inca, epicentro del mercado de los animales, ha sido el escenario escogido estratégicamente para cortar la cinta inaugural del Dijous Bo 2019, un acto que ha contado con la presencia de la mayoría de los componentes de la corporación municipal y la presidenta del Consell, Catalina Cladera, así como organizadores y representantes del sector comercial.

La principal preocupación del Ayuntamiento inquer es el mal tiempo. La lluvia ha descargado de forma intermitente durante todo el día de hoy sobre la ciudad, y hay pavor a que la climatología siga sin acompañar durante el día de mañana, la gran jornada de la feria. Las previsiones no son tranquilizadoras, aunque siempre hay sitio para la esperanza.

El alcalde de Inca, Virgilio Moreno (PSOE), ha señalado en este sentido que "el tiempo es imprevisible durante estas fechas". Ha lamentado la lluvia que ha caído durante toda la mañana, aunque ha destacado que más tarde ha mejorado. "Esperemos que mañana vaya todo bien porque todo está ya preparado", ha concuido.

Unos ocho kilómetros lineales de espacios expositivos esperan a los visitantes. En total, se han instalado más de 400 paradas tradicionales. El Ayuntamiento, como cada año, asegura que entre el miércoles y el jueves pasarán por la capital del Raiguer unas 200.000 personas. No obstante, todo dependerá del tiempo.

La lluvia ha condicionado la puesta a punto de la feria de ferias. Todos los actos programados para hoy se han celebrado, aunque algunos de ellos acumulaban un importante retraso, como el concurso morfológico del 'porc negre', que ha empezado dos horas más tarde de lo previsto. No obstante, el tiempo no ha impedido que el recinto ferial se pusiera en marcha a pleno rendimiento por la tarde, cuando cientos de personas ya deambulaban por las calles para empaparse del Dijous Bo.