A partir de 2017, el New York Times comenzaba a compartir unos vídeos obtenidos por el grupo de investigación To The Stars Academy of Arts & Science (TTSA)To The Stars Academy of Arts & Science sobre unos extraños objetos sobrevolando el cielo, descalificados hasta entonces. Este reconocimiento se produjo en septiembre pasado en un hecho sin precedentes por parte del gobierno americano que acabó con años de silencio y misterio alrededor del fenómeno Ovni, que tantas pasiones ha suscitado entre los aficionados a la ufología. La caza de presuntos platillos volantes ha sido una cuestión cuasi tabú pese a que cada cierto tiempo se conocen casos de avistamientos de objetos extraños en el cielo. En Mallorca también se han producido algunos avistamientos curiosos y buena fe de ello lo dan los informes desclasificados por Defensa que pueden ser consultados a través de internet en la biblioteca virtual del Ministerio.

Uno de estos expedientes es el que recoge todo lo acaecido hace ahora 40 años, cuando un avión que despegó de Palma(Valencia) después de que sus pilotos descubrieran unos objetos voladores luminosos a poca distancia del aparato. Este fenómeno Ovni, ocurrido el 11 de noviembre de 1979, tuvo su curiosa ramificación unos cuantos kilómetros al este de donde se produjo el extraño suceso, en Sóller, cuando un vecino del valle captó con su cámara de fotos una extraña luz sobre la cumbre del Puig de l'Ofre a la misma hora en la que el avión estaba siendo perseguido por esos extraños objetos volantes.

Los militares confiscaron a Climent la cámara con la que supuestamente fotografió el objeto voldador.

El autor de la foto fue José Climent, un vecino de Sóller que trabajaba de mecánico a quien el Ejército le confiscó el negativo poco después de saberse que había fotografiado la extraña luz sobre el valle. La instantánea fue publicada en varios periódicos nacionales e internacionales y todavía hoy su autor no ha conseguido que le devuelvan el negativo. El solleric captó la extraña imagen desde la plaza del Mercat con su cámara Minolta poco después de salir del cine.

El suceso que se produjo aquella noche lo protagonizó un avión Super Caravelle de la compañía TAE (Transportes Aéreos Españoles) con 109 pasajeros a bordo. Según narran diversas publicaciones y el propio informe de Defensa, poco después de salir de Palma, el piloto Francisco Javier Lerdo de Tejada, el co-piloto Ramon Zuazu y la tripulación, observaron una serie de luces, con colores cambiantes entre el rojo, blanco y verde, que se dirigían hacia la aeronave. El rumbo de este presunto artefacto y la posibilidad de colisión provocó un gran nerviosismo en los tripulantes y pasajeros del avión. Ni el radar militar de Torrejón de Ardoz (Madrid), ni el centro de control de Barcelona pudieron dar una explicación del fenómeno.

Para evitar el riesgo de colisión, y a pesar a las maniobras para esquivar esas luces, el comandante se vio forzado a desviar su rumbo y solicitar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manises. Fue la primera vez en la historia española que un avión comercial se veía obligado a aterrizar de emergencia debido a un avistamiento ovni, ya que el objeto no identificado estaba violando todas las normas básicas de seguridad. Los dos aviones militares Mirage F-1 del Ejército del Aire que salieron a socorrer el Super Caravelle atestiguaron la presencia del objeto volador, como quedó recogido en el informe que elaboró posteriormente el Ministerio de Defensa.

Cuarenta años después de que se produjera este extraño caso, nadie hasta ahora ha podido dar una explicación de lo que realmente ocurrió.

José Climent tiene la convicción de que lo que sucedió aquella noche fue un fenómeno paranormal. Cuatro décadas después aún hay muchas preguntas en el aire... y pocas respuestas sobre el caso Manises.

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