Virgilio Moreno, alcalde de Inca, asegura tajantemente que no permitirá "que la semana del Dijous bo. El anuncio del alcalde coincide con el de los trabajadores de la unión temporal de empresas (UTE) concesionaria del servicio -Lumsa y Amer e Hijos SA- de ir a la huelga de forma indefinida a partir del día 12 de este mes. El Dijous bo es el próximo día 14.
Moreno reconoce y respeta "el derecho de huelga de los trabajadores, pero la empresa concesionaria tiene el deber de mantener Inca. El alcalde sostiene que "si la empresa no lo lleva a cabo se encargará la tarea a operarios municipales, a los que se retribuirá el trabajo, y cuyos gastos se imputarán al concesionario".
Reuniones
Los trabajadores del servicio de recogida tienen hoy una reunión con la empresa. Miguel Ángel Pardo, secretario general de la Federación de Construcción y Servicios de CCOO, sostiene que "la empresa solicitó que esperásemos a día cinco para presentarnos una propuesta. Vamos a escucharla y si no hay acuerdo tendremos que vernos mañana en el TAMIB, que es obligatorio". Contará con la presencia de un representante del Ayuntamiento de Inca, que es el primer interesado en poner los medios necesarios para evitar el conflicto.
Si no hay acuerdo en estas dos reuniones quedará convocada la huelga de forma inmediata a partir de día 12 de noviembre.
CCOO sostiene que la negociación se encuentra bloqueada habida cuenta de la "cerrazón de la patronal a la hora de abordar cualquier tipo de mejora económica, y conviene mencionar que estamos hablando de un colectivo cuyo salario no se revaloriza desde 2013; a los trabajadores de la contrata no les ha quedado más remedio que recurrir a la huelga indefinida, huelga que comenzará a partir de las 00.00 horas del mencionado 12 de noviembre".
El efecto inmediato de esta convocatoria de huelga y la perspectiva de que esta pueda afectar a la festividad del Dijous bo ha encendido todas las alarmas y ha propiciado una mayor actividad de ambas partes para un entendimiento. "Lo que bajo ningún concepto estamos dispuestos a tolerar es que la situación de precariedad salarial de este colectivo se siga prolongando por más tiempo. Estamos hablando de una plantilla en la que los peones de recogida cobran un miserable salario base de 625 euros", apostilla Pardo.
