Las obras de reconstrucción del muro que se desprendió a principios del mes de febrero a la altura del ‘Salt de la bella dona’, en la carretera Caimari-Lluc, están prácticamente finalizadas, a la espera de los últimos retoques por parte de los constructores del Gremi de Margers de Mallorca, encargado de reformar la pared mediante la técnica de la pedra en sec propia de todos los muros de contención de esta carretera diseñada por el ingeniero Eusebi Estada entre 1888 y 1893.

El presidente del Gremi de Margers, Lluc Mir, explicó ayer que las obras de reconstrucción del muro se han prolongado a lo largo de tres meses y medio y han contado con la participación de “entre cinco y seis personas” con la ayuda de una máquina necesaria para desplazar las enormes piedras que se han utilizado en la reconstrucción. “Una veintena de las piedras ubicadas en la base del muro tienen un peso que ronda los 2.500 kilos; del resto, la gran mayoría supera los cien kilos”, apuntó Mir.

En principio, el Consell de Mallorca, institución que ha contratado las obras de reparación del muro, tiene intención de inaugurar el nuevo tramo restaurado a mediados del próximo octubre.

Pocos días después de que el tramo de muro de la carretera de Lluc se desprendiese como consecuencia de la humedad acumulada, el Gremi de Margers hizo un llamamiento público al Consell para que la reconstrucción se hiciera mediante la técnica de la pedra en sec, que fue declarada el pasado año como patrimonio mundial de la Unesco. “No lo hicimos para que nos dieran la obra a nosotros, sino para dignificar el oficio, ya que las paredes de piedra que suelen hacerse en la mayoría de obras públicas tienen una calidad deplorable”, señaló Lluc Mir. “Como mínimo, pedimos que este tramo de pared de la carretera de Lluc, que es un monumento histórico, se hiciera de forma digna”, añadió el presidente del gremio que representa los constructores de la pedra en sec.

Falta de profesionales

Finalmente, el Consell accedió a encargar la obra a los margers ante la “falta de profesionales cualificadas” para desarrollar este trabajo.

No obstante, Mir manifestó que si finalmente se ha permitido a los margers realizar este trabajo es porque “la carretera se ha desviado y el tramo arreglado figura actualmente como un mirador, porque el Consell no podía firmar un proyecto de pedra en sec como elemento estructural de una carretera”, indicó. De hecho, una de las reivindicaciones de los margers es la incorporación de esta técnica al código de construcción y arquitectura para que el sistema pueda usarse en las obras públicas.

No obstante, los margers destacan que en 125 años solo se ha producido un desprendimiento importante en la carretera de Lluc, que soporta el paso de miles de oches y autocares diaramente, lo que demuestra la solidez y seguridad de esta técnica ancestral de construcción.

El presidente del gremio explicó que el presupuesto de su trabajo asciende a 95.000 euros, aunque el coste total del proyecto será más elevado por la participación de maquinaria por parte de la empresa adjudicataria. “Nosotros hemos cumplido con el presupuesto y también con el tiempo, lo que es extraño en las obras públicas, ya que suelen tener sobrecostes”, concluyó Lluc Mir.