Bienvenido a la realidad, esa misma que tantas veces se degrada en pura carroña. Deberá aprender a planear sobre ella. Tutelado y salvado el voltor, sobrevivir para la majestuosa ave significa enfrentarse a los rigores del cambio climático, igual que el resto de seres mortales, sean vegetales, animales y hasta humanos.
Fundaciones de protección del buitre negro y grupos ecologistas velan las fuentes y gorgs de la Serra para cerciorarse de que la gran rapaz dispone de provisión hídrica suficiente para nutrirse y mantener su ciclo biológico natural. De momento, pese a la sequía, no hay motivo de alarma pero, de cara al futuro, nada está asegurado porque el cambio climático necesita, a escala inmensa, las mismas medidas de reconducción de las que ha gozado el buitre negro y quienes ponen empeño en ello no pueden pasar del altruismo insuficiente y admirable.
De este modo, sin quererlo, la protección y estudio del voltor de Mallorca se ha convertido también en un termómetro de la alteración de los ciclos climáticos en el Mediterráneo.